Mar Martín

Nuestros antepasados observaron cómo el solsticio de invierno era el día en el que el sol estaba en el punto más bajo de su recorrido, justo antes de volver a elevarse cada día un poco más y transmitir su fuerza a todo lo que crece de la tierra. Así, los primitivos pueblos agrícolas interpretaron este día como el fin del tiempo oscuro y por lo tanto el renacimiento de la luz. En las religiones antiguas siempre hubo un dios que representaba el Sol Invictus: Mitra, Saturno, Frey, y en  todas ellas, este dios lograba vencer a las fuerzas de la oscuridad y dar paso a un nuevo tiempo de luz.

En este mes de diciembre de 2014 también llegará el solsticio de invierno, día en el que el sol morirá para renacer fortalecido y junto a la esperanza de la luz, la esperanza de que el tiempo venidero sea mejor que el pasado.  Porque en su bajada a lo oscuro, este Gobierno ha llegado muy profundo y aunque pueden seguir bajando aún más, queremos aferramos al Sol Invictus.

Bajaron los primeros peldaños cuando inauguraron su mandato aprobando una amnistía fiscal, a la medida de los defraudadores, que socavaba el bien general en provecho del bien particular. Esta amnistía fiscal permitió el blanqueo del dinero supuestamente obtenido ilegalmente y a los defraudadores regularizar su situación fiscal entregando el mísero 10 por ciento del dinero negro aflorado al Estado. Si en lugar de este perdón hubieran perseguido el fraude y penalizado a los delincuentes obligándoles a pagar   religiosamente lo que les corresponden al igual que pagamos el resto de ciudadanos, no hubieran hecho falta recortes ni la Administración, ni en la Sanidad, ni en la Educación. (Pero ya sabemos que esos recortes estaban en su hoja de ruta, sólo necesitaban una excusa y la encontraron para hacer de la educación y la sanidad un negocio privado).

En su afán de beneficiar a los que realmente representan también al comienzo de su legislatura rechazaron la propuesta de gravar a las grandes fortunas, y ahora en la reciente Reforma Fiscal regalan 8 millones de euros en rebajas fiscales a los 30 jefes del Ibex 35 mejor pagados de la bolsa, que cobraron en 2013, entre todos 115.5 millones de euros. Los contribuyentes con rentas superiores a 300.000 euros al año están de suerte, la reducción del tipo máximo del IRPF que en dos años pasará del 52% al 45% les aportará grandes  beneficios. Mientras a los demás, es decir a la mayoría,  les sube el IVA que repercute de la misma manera a todos, independientemente de la situación económica. Son estos gestos los que les retrata y realmente descubren quiénes son y para quienes trabajan.

Continuaron bajando escalones cuando abanderaron la austeridad, gastando, sin embargo, cifras millonarias en ayudas a la banca que, a  pesar de los recortes y a las subidas de impuestos han significado un gasto de 280.000 millones de euros más que lo ingresado. En un contexto en el que el 27,5% de los niños son pobres y el 12.3% de los trabajadores viven en el umbral de la pobreza, la mayor cifra de la Unión Europea.Todo esto unido a jubilaciones  millonarias de banqueros cuyos bancos  recibieron rescate estatal hace, como poco, desvergonzada la gestión de esta crisis económica. En 2013 seis de los siete bancos del Ibex 35 destinaron 11,09 millones a fondos de jubilación. En total, 23 banqueros tenían al cierre de ese ejercicio derechos de cobro por valor de 227,46 millones de euros, mientras siguen desahuciando a familias a las que obligaron a firmar contratos leoninos en sus hipotecas.

Y en este descenso a lo más bajo,  toparon con las profundidades cuando aprobaron la Reforma Laboral que ha provocado el mayor índice de paro en la historia de la Democracia española. De los 4.189.659 parados de mayo de 2011 hemos pasado a 4.512.116 desempleados en noviembre de 2014, ¡y eso que venían a terminar con el paro! Pero con lo que sí han terminado es con el trabajo decente y digno a cambio de un trabajo precario y provisional que reporta grandes beneficios a los empresarios. ¿Y todavía se preguntan por qué los españoles quieren ser funcionarios? Y ante esta situación: la estampa más triste, jamás imaginada: los jóvenes mejor preparados en las colas del paro o en las estaciones de trenes y autobuses con billetes al extranjero y no practicando movilidad, como decía la ministra, sino emigrando como lo hicieron sus abuelos con maletas de cartón. De nuevo otros países sacan tajada con estas jóvenes promesas, preparadas con dinero público, dispuestas a dejar lo mejor de sus  vidas lejos de casa.

Pero la Reforma Laboral también ha propiciado una desigualdad aterradora, consintiendo sueldos inferiores a 600 euros al mes frente a otros como los 6.500 euros al día que ha ganado el presidente de Endesa. En lo que llevamos de crisis, han aumentado un 11% los ricos, respondiendo a la pregunta de ¿a quién ha beneficiado la crisis?

Y bajaron, de momento, los últimos escalones a la oscuridad, cuando han anunciado los despidos de la mitad del equipo de  científicos del CSIC que acababan de diseñar unos nanosensores biológicos ultrasensibles que pueden contribuir a la detección precoz del cáncer. Al mismo tiempo otros representantes locales, en su afán de “figureo” se fotografiaban el 8 de noviembre en apoyo a los jóvenes investigadores sevillanos. Aunque su verdadera naturaleza les llevó a suspender una jornada de emprendedores por el fallecimiento de la duquesa que tenía su domicilio fiscal en Madrid para pagar un 1% de impuestos de sucesiones en lugar del 36% correspondiente en el caso de haber tenido el domicilio fiscal en Sevilla, esa ciudad a la que tanto quería.

Esta permanente bajada a la oscuridad, en la que nos han hecho bajar tanto, continuará  si de ellos depende. Pero en esta rueda de la vida, en la que creían los antiguos, al menos queda la esperanza del  Sol Invictus.