Antonio Zoido

Juan Ignacio Zoido, como era natural, ha hablado de la «regeneración política» para mostrar su adhesión al atraco institucional que pretende realizar el gobierno de Rajoy al modificar en su provecho las reglas de las elecciones municipales. Como argumento ha esgrimido que, de esa manera, se evitará que gobiernen los perdedores en vez del vencedor. Nuestra derecha, como el Frente de Juventudes, posee una gran facilidad para las consignas; con ellas consigue a menudo ocupar el centro del tablero y quedarse con la estrategia de la partida,

Ahora ha lanzado la de la regeneración democrática como si la democracia española siempre hubiera existido y la izquierda la hubiera echado a perder. Y lo peor es que parte de ésta no ve la trampa porque nuestro sistema de libertades no nació puro sino condicionado por las fuerzas que mantuvieron en pie –hasta donde pudieron– la dictadura y que, a continuación, obstaculizaron –cuanto pudieron también– una vertebración democrática firme que demasiadas veces fue calificada de admirable en vez de haberla dejado en posible ¿Era democrático que los 170.000 ciudadanos de Ávila tuvieran en el Senado la misma representación que los 2.000.000 de Sevilla? Pues la situación de entonces continúa perviviendo.

El PP, heredero de aquel obstruccionismo, ha continuado ejerciéndolo en los más diversos campos, impidiendo avances educativos, sociales, territoriales… tanto en todo el Estado como en comunidades autónomas… sin reparar en medios ni en las consecuencias que se derivaban. Igual que antes se oponía a cualquier avance aduciendo las más inverosímiles excusas, ahora quiere hacer pasar por regeneración lo que no es más que una barrera a algo natural en el campo de la política: las alianzas entre fuerzas con intereses similares (si éstas son de izquierda porque la que hay entre PP y UPN en Navarra no cuenta). Lo que el PP llama regeneración no es sino otro intento de seguir manteniendo la conformación democrática de este país en la mayor debilidad posible. Si logra imponerlo, la verdadera perdedora será la libertad. De España y de los españoles.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía el 24 de Agosto de 2014