Cataluña ha pasado a ocupar el lugar central de la política en España. En el interior, el paro y la reforma laboral que ha encontrado en él la forma de aumentar las ganancias de los grandes empresarios han quedado en segundo término y, en el exterior, no aparecen ni el Drang nach Westen, los intentos rusos de expansión hacia el Oeste, ni la reaparición en Oriente de la guerra santa, y eso que pregona como uno de sus objetivos nada menos que la reconquista de Al Ándalus. España no tiene más papel que dar respuesta al problema catalán tal como ha sido enjaretado por Rajoy y Artur Mas.

Planteado así el problema, parece que el único territorio diferenciado fuera el catalán (más el vasco, en lista de espera) reinando la homogeneidad en el resto y que lo del federalismo sólo sirvió para hacer de serpiente de verano. Sin embargo esas respuestas que diariamente se cruzan entre Barcelona y Madrid están ocultando la pregunta que es, precisamente, el quid de la cuestión: ¿España sólo necesita para quedar consolidada una solución al problema catalán o, por extensión, al de las comunidades con idioma propio?

¿Es el idioma lo que convierte a unos territorios en irredentos mientras los demás ya están redimidos?, ¿es únicamente ése el elemento diferenciador?, ¿sería, pues, la lengua el eje vertebrador del federalismo? Dicho así parece una barbaridad pero, viendo el rumbo que toman día a día los acontecimientos, parece que es eso lo que ya dan por sentado no sólo el gobierno de España y el de los soberanistas catalanes sino también el resto de los partidos al no demandar que la cuestión federal se anteponga a la cuestión catalana, como único modo de que toda la ciudadanía española se implique en un proceso que, en su planteamiento y en sus consecuencias, afectaría a toda ella porque no cuelga sólo de la lengua sino también de la Historia, de la Economía, de la Sociología, del papel que un país puede desempeñar en el contexto internacional… De ahí, y no de reformas parciales oportunistas en este o en aquel campo, es de donde ha de partir una verdadera regeneración política.

Antonio Zoido publicado en El Correo de Andalucía el 6 de Septiembre de 2014