Antonio Zoido

Lo mismo que hay sargentos convencidos de que el hueco entre el húmero y la clavícula tiene por misión que la culata de un fusil encaje en él perfectamente, también existen quienes creen que la única razón del mundo y sus avances civilizatorios es que ellos hagan negocio. Porque, aunque resulte más increible que lo de los sargentos, eso es lo que se desprende de la alegación de la patronal andaluza de la construcción al proyecto de Ley de Movilidad proponiendo imponer un peaje a cada ciudadano por el uso de las carreteras a cambio de su conservación. La propuesta puede parecer “lo nunca visto” pero basta retroceder en la Historia para encontrarnos con los portazgos y pontazgos, las tasas que que los Señores feudales cobraban a aquellos que habían de pasar por un puerto de montaña o un puente en terrenos de su propiedad o jurisdicción.
O con el fielato del Patrocinio de mi infancia, ante el que se detenía el autobús de mi pueblo para que unos inspectores entraran a ver qué llevaban los viajeros e impusieran un canon por la gallina, regalo para un médico, o los chorizos para los parientes. Si echamos un vistazo a lo que, en nuestros días, está sucediendo desde hace algún tiempo veremos cómo bienes de uso de los que nunca pensamos que podían ser privatizados, van camino de convertirse en bienes de cambio, o sea, en negocios; el agua, por ejemplo, algo en lo que ni siquiera Carlos Marx, fundador del primer Partido Comunista, pensó al esribir “El Capital”, seguramente porque entonces le parecía una locura.
De modo que, aunque esa propuesta ahora no cuele al tener Andalucía un gobierno de izquierdas, se quedará ahí, como las garrapatas, esperando otra oportunidad en la que, con “realismo ante la crisis” se reduzca “sólo” a las autovías y después se alargue a los parques porque ¿como pueden los vecinos lograr que éste esté limpio?; a las calles con un anexo al impuesto sobre la basura… y así hasta el infinito o más allá. Basta con que, con argumentos de sargento y hechos consumados nos convenzan de que el mundo fue creado de la nada para que ellos hicieran negocio.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía el 12 de Noviembre de 2014

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