UNA CIUDAD SIN RUMBO
Antonio Muñoz
A pesar de que asociamos a las ciudades con lugares poco ecológicos, caros y ajetreados, hay ejemplos de metrópolis que ejercen un alto poder de atracción para personas, instituciones y empresas.
Por tanto hablar de competencia no es sólo hacerlo del mundo empresarial, también las urbes compiten por atraer inversiones de todo tipo. Las ciudades exitosas crean auténticos ecosistemas donde es fácil desarrollar el talento de sus conciudadanos y donde vivir supone estar expuesto a una avalancha de ideas y experiencias.
Bastaría recordar el papel de muchas ciudades como motores de la innovación, Florencia y el Renacimiento o Birmingham y la Revolución Industrial.
¿Y Sevilla? ¿Qué papel debería desempeñar conforme a sus potencialidades y ubicación?
Esta ciudad no puede experimentar momentos de auge económico sólo al albur de grandes eventos como en el 29 o el 92, para posteriormente entrar en una vaguada llena de melancolía. Se echa en falta una apuesta firme, sostenida en el tiempo y consensuada para relanzar y posicionar nuestra ciudad. La improvisación es mala compañera de viaje.
Todos hemos tenido que responder a la pregunta respecto a qué queríamos ser de mayor y Sevilla se parece a un adolescente que aún no la ha respondido y sigue ensimismado con sus fiestas onomásticas. Es difícil imaginar en la actualidad hacia dónde va un barco llamado Sevilla.
Las opciones estarán sobre la mesa: romper esta inercia conformista que dura años, apostar por las aventuras o seguir conformándonos con bodas, bautizos y comuniones.
Artículo publicado en El Correo de Andalucía el 13 de abril de 2015
Enlace al artículo:
http://elcorreoweb.es/opinion/columnas/una-ciudad-sin-rumbo-GX220686
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