Antonio Muñoz

El centro y la periferia constituyen una dualidad económica que identificamos con desarrollo y subdesarrollo respectivamente. Son las dos caras de un mundo dividido donde el primero está especializado en la producción de bienes fabricados con alta tecnología y mecanización mientras la otra se especializa en un sistema de producción menos sofisticado y basado en la exportación de materias primas y productos agrícolas.

En las ciudades también se observa esta dualidad, esta contraposición de dos realidades que hacen que la igualdad de oportunidades en los barrios sea una quimera. El urbanista Bernardo Secchi en su libro La ciudad de los ricos, la ciudad de los pobres recuerda que la mayoría de los gobiernos municipales concentran sus inversiones en determinadas áreas urbanas en perjuicio de la periferia, consolidándose así las desigualdades internas de las ciudades.

La gestión municipal para los próximos años no debería basarse en grandes obras espectaculares, los ayuntamientos deberían caminar con actuaciones micro hacia otro modelo de ciudad donde cualquier barrio tenga niveles óptimos de calidad de vida sobre todo en espacios comunes, zonas verdes, viviendas, equipamientos socioculturales y resolviendo los eternos problemas de movilidad.

El urbanismo que se practique tendrá mucha responsabilidad en el empeoramiento o mejora de esos desequilibrios espaciales y en profundizar o no en las desigualdades.

Debe ser la hora de la periferia o si ustedes lo prefieren, el tiempo de los barrios.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía el 4 de mayo de 2015

Enlace al artículo:

http://elcorreoweb.es/opinion/columnas/el-tiempo-de-los-barrios-BY302434