142 años y más democracia

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Pedro Sánchez

El Partido Socialista Obrero Español cumple 142 años, más de un siglo de historia que recordamos con orgullo porque nuestro partido siempre ha sido un elemento esencial de cambio, pero también un factor primordial para hacer avanzar a nuestro país.

Siempre he creído que ser socialista no es sólo una forma de concebir la política, también es una forma de hacer, una forma de sentir y de mirar a nuestra sociedad desde el valor de lo público y para el bien común.

Este aniversario nos recuerda que llevamos casi un siglo y medio sirviendo a la sociedad española —con vocación y con perspectiva de futuro— desde la libertad, el progreso, la justicia y la igualdad. Hoy no se conciben en España la sanidad gratuita y universal, la educación pública, la Ley de Dependencia o la de Igualdad, la Ley de Eutanasia o el Ingreso Mínimo Vital sin el impulso del PSOE. Hoy no se conciben el Estado del Bienestar y el avance en derechos de España sin el sello del PSOE.

Por eso hacemos nuestras con orgullo las grandes conquistas sociales de nuestro país. Por eso proclamamos que tenemos la tradición democrática más antigua de España. Por eso no dejamos de recordar que somos el partido socialdemócrata de referencia en Europa y el que lidera la mayor delegación en el parlamento de la Unión Europea. Y por eso reivindicamos nuestra capacidad de unir, desde el diálogo y el acuerdo, las ideas diversas, habiendo protagonizado, entre muchas otras cosas, el primer Gobierno de coalición progresista de la historia democrática reciente de nuestro país.

Creo que hay tres fechas sobre las que se ha forjado el gran país que hoy es España. La primera, el 14 de abril de 1931, con la proclamación de la II República, un momento político que abría un horizonte de libertad y de avance social que se vio truncado por el golpe de estado, la guerra civil y la dictadura franquista. La segunda, el 6 de diciembre de 1978, cuando fue ratificada por el pueblo español nuestra Constitución, el texto que da sentido al ejercicio pleno de nuestros derechos y de nuestras obligaciones como ciudadanos y fundamenta la democracia que hoy disfrutamos todos. Y por último, el 12 de junio de 1985, cuando España firmó el tratado de adhesión a la Unión Europea y se consumó la vocación europea a la que aspiraba la tradición ilustrada y progresista desde muchas décadas atrás.

Estas tres fechas han significado el verdadero salto hacia la modernización, el progreso y la igualdad de los españoles y las españolas. La familia socialista sabe bien que ningún momento ha estado exento de dificultades y que nosotros siempre contribuimos al progreso de España. Estuvimos al lado de la democracia, al lado de la Constitución y al lado de Europa. Y seguiremos estando al lado de la democracia, al lado de la Constitución y con Europa.

Nuestro fundador, Pablo Iglesias, nos dijo que “las dificultades, cuando son grandes, podrán obligarnos a acortar el paso; jamás a parar ni a retroceder”. Y estoy orgulloso de que el Partido Socialista jamás haya retrocedido en estos 142 años. Es más, siempre ha ido avanzando al paso que lo hacía la sociedad a la que representa, comprendiendo muy bien las demandas de la ciudadanía y liderando los cambios que demandaba.

Ahora, atravesamos la peor emergencia sanitaria del último siglo, que ha desembocado en una emergencia económica y social sin precedentes. Y el Partido Socialista ha respondido con contundencia, anteponiendo la vida, los derechos humanos y nuestro sistema público. Esta es una crisis que azota a todos los países del mundo. Pero nuestro país está afectado por otra crisis, la política, que está erosionando nuestra convivencia y dañando seriamente nuestra democracia.

Estábamos habituados a vivir situaciones de crispación cada vez que el PP ejercía la oposición. Sucedió así con Felipe González a mediados de los años 90, con una oleada de ataques despiadados que dañaron seriamente la convivencia. Volvió a ocurrir frente a los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero, donde la ofensiva incluyó la utilización del terrorismo y sus víctimas para desgastar al gobierno. Lo volvemos a vivir hoy, cuando el PP ejerce la oposición sin contemplaciones y contaminado por el ejemplo de la ultraderecha.

Una atmósfera tóxica de odio y mentiras se ha ido propagando en la vida civil. Es un fenómeno análogo al que conocieron democracias mucho más asentadas antes que nosotros y que alcanzó su cénit en EE UU bajo la dirección de Donald Trump.

En la base del fenómeno está la difusión de falsedades y teorías conspirativas en las redes sociales que es instigada sistemáticamente desde medios ultras. Y, al igual que en otros países, en la cúspide aparecen episodios extremos de gran violencia verbal y de amenazas de ejercicio de la violencia física real o simbólica.

El fenómeno se ceba con los representantes políticos progresistas pero no se detiene ahí sino que alcanza a los colectivos inmigrantes -especialmente los menores-, a las mujeres comprometidas con el feminismo; incluso a los desfavorecidos de las colas del hambre que son despreciados y vejados.

A diario asistimos a la propagación de falsedades, al cuestionamiento de la legitimidad del gobierno democrático, a la inoculación del odio al oponente y al cuestionamiento de cualquier valor de progreso y de justicia social que caracterizan a una democracia avanzada.

Desde nuestras convicciones y nuestro corazón socialista, sabemos todo lo que merece la pena defender. Lo saben los territorios, nuestras federaciones, agrupaciones y nuestras casas del pueblo. También lo sabe la UGT, siempre al lado de los trabajadores; y las Juventudes Socialistas de España, hermanas de la familia socialista. Sabemos lo que nos toca hacer ante esta ofensiva reaccionaria tan dañina para la convivencia y para la democracia.

Somos el partido de los derechos de la mayoría frente a los privilegios de unos pocos. Somos el partido de la convivencia frente a la división. Somos el partido de la justicia frente a la impunidad. Somos el partido que pone en pie y bien visible la fortaleza de la democracia frente a la barbarie. Somos el partido que sirve de dique de contención frente a los que quieren hacer retroceder la democracia.

Redoblaremos nuestro trabajo y nuestros esfuerzos para hacerlo, porque nuestro partido creció siempre a contracorriente, gracias a la constancia de mujeres y hombres que mantuvieron su fervor en la idea de justicia, en la idea de igualdad y en la idea de progreso.

Será el valor de la democracia, de la Constitución y de Europa lo que prevalezca de nuevo frente al odio y el enfrentamiento. Y serán la democracia, la Constitución y Europa quienes nos conduzcan hacia la modernización de nuestro país y a superar la peor emergencia sanitaria, económica y social del último siglo.

Que este aniversario sirva para inspirarnos al aplicar nuestros valores de siempre a los desafíos de hoy.

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