LA HOGUERA
Mar Martín
En la historia reciente de España es recurrente dar un paso adelante y luego dos hacia atrás. Sólo hay que hacer un breve repaso a los años que van de 1804 a 1898 en los que nuestros tatarabuelos y tatarabuelas conocieron cinco constituciones más o menos progresistas y avances sociales en igualdad y libertades que les fueron luego arrebatados con mayor o menor violencia por las fuerzas retrógradas del momento, dícese: partidos conservadores, Iglesia y burguesía.
Los años pasan, pero la historia se repite y a veces con parecidos sumamente extraordinarios. Este tiempo que nos ha tocado vivir nos retrotrae a aquellos momentos en los que después de haber conseguido derechos y mejoras sociales, se eliminaban a golpe de maza y decreto.
En menos de dos años de legislatura, este Gobierno, martillo de herejes, está haciendo sombra al de los ministros decimonónicos conservadores, que se empeñaron en retrasar el crecimiento de un país con tal de mantener privilegios y prebendas a costa de un pueblo sobre el que recaía todo el esfuerzo.
Las nuevas leyes se recordarán con los nombres de sus artífices, que como los antiguos inquisidores nos imponen a la fuerza, respaldándose en la mayoría absoluta, una ideología anclada en la época de la Inquisición. Porque de la Inquisición es la ley Gallardón máxima expresión de una ideología enraizada en una concepción machista de la mujer. De la Inquisición es la Ley Fernández que ya ha posicionado en contra al Consejo Fiscal y al Poder Judicial al considerar que tiene aspectos inconstitucionales y prevé multas desproporcionadas. O la ley Wert que alienta la segregación por sexos tan propia del medievo.
Así, a esta noria a la que nos han subido, también podrían traer del pasado la hoguera, la misma a la que le canta Javier Krae y a la que podrían enviar a las mujeres que decidan abortar, a los inmigrantes que se salten la verja, a los que monten escraches a los políticos y a los cómicos incómodos, valga la cacofonía. Con ello el ministro Wert ofrecería espectáculos gratuitos en la calle, aunque el ministro Montoro se enfadara por no recaudar el 21% del IVA cultural, pero la ministra Báñez vería reducir el número de parados y Mato reducidas ostensiblemente las listas de espera.
“(…) La hoguera tiene qué se yo, que sólo tiene la hoguera (…)”
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