Mar Martín

Una fiesta está a punto de comenzar. Y a ella hay que acudir maquillados, guapos y bien ataviados para gustar a todos. En los preparativos de esa fiesta sólo se habla en positivo, de lo bien que nos van las cosas y sobre todo, de lo bien que nos van a ir si conseguimos toda la popularidad.
Esa fiesta, a la que estamos invitados, requiere un maquillaje especial que ya empieza a verse en todos los rincones. Un maquillaje que pretende tapar los granos que produce el trabajo temporal y precario, que quiere ocultar las arrugas de la devaluación salarial y disimular la vergonzante desigualdad entre ricos y pobres.
Este maquillaje publicitado con las marcas: “crecimiento económico”, “salida de la crisis” y “disminución del desempleo”, es precisamente eso, maquillaje que los ciudadanos han decidido no comprar.
El último barómetro del CIS desvela que el 40% de los españoles cree que la situación económica es mala y el 42,3%, que es muy mala; el 47,5% entiende que es igual que un año antes y el 39,2%, que es peor que entonces; el 45,3% piensa que dentro de un año será igual y el 25%, que será peor, y en cuanto al paro, un 76% afirma que es el principal problema del país.
Precisamente estos datos son los que más se van a maquillar para las próximas Elecciones.
La primera será en primavera, y ya hay maquillaje por todas partes, incluso maquillan los datos de los fallecidos en las carreteras españolas durante el año 2014, para que el resultado les sea favorable, si es que la muerte puede en algo favorecer.
Y esto no ha hecho más que empezar.