El camino del socialismo

Lastra-630x354

 

Adriana Lastra

El 2 de mayo es una fecha marcada en el calendario de toda la familia socialista. Una fecha en la que miramos atrás para reconocernos en nuestra historia. Recordamos, y eso es más que una palabra hermosa. Recordar quiere decir volver a traer al corazón, ese es su significado original.

Recordamos aquella reunión clandestina en la calle Tetuán de Madrid donde veinticinco trabajadores plantaron la semilla de este partido centenario. Conmemoramos a quienes empezaron a caminar una senda de transformación y justicia social para nuestro país. Rememoramos a Pablo Iglesias, a Largo Caballero, a Julián Besteiro y a María Cambrils. A quienes nos enseñaron a rebelarnos frente a las injusticias como la única manera de estar en el mundo y empujar los renglones de la Historia.

Pero nuestro camino no sólo lo recorrimos a hombros de gigantes, sino a hombros de mujeres y hombres tan anónimos como valientes. A hombros de trabajadores, que se unieron, como nosotros nos unimos. Que se respetaron, como nosotros nos respetamos y que creyeron que se podían cambiar las cosas y nos dejaron ese legado. Recordamos a quienes dijeron que es posible más igualdad y más justicia. Es posible un mundo más digno y más humano, como lo decimos cada uno de los que formamos parte de esta gran familia.

Muchos de nuestros compañeros y compañeras sufrieron la larga noche de esa dictadura miserable que nos quiso silenciar con el hierro de los barrotes, el dolor y la muerte. Pero ya nada pudo parar esas palabras tan hermosas que aquel pequeño grupo de trabajadores, cansados de apretar los dientes y de callar su rabia, dijo por primera vez en alto. Y así fueron pasando esas palabras de generación en generación: justicia, libertad, igualdad. A veces, en los momentos más oscuros, con el susurro de la voz de una madre que le habla a su hija al oído. Otras veces con la fuerza de un torrente que nada puede parar.

Hoy somos el partido más importante de la historia de España porque nuestras raíces son más antiguas que nosotros mismos. Porque en cada ciudad y en cada municipio de nuestro país hay una casa del pueblo que acoge con los brazos abiertos. Casas del Pueblo que abrigan familias, amigos y parejas unidas por el vínculo más férreo que existe, un horizonte compartido de valores e ideales que luchamos por hacer realidad.

A lo largo de estos 142 años de historia, miles y miles de personas han decidido dar el paso y sumarse a esta organización. Y una pregunta resuena de forma inevitable ¿por qué somos socialistas? La respuesta es clara: Para rebelarnos frente a la injusticia y la desigualdad. Para defender a todos aquellos que no tienen más patrimonio que el de los servicios públicos. Para que las voces de los más se escuchen por encima de los menos.

Los valores que llevamos con orgullo son los cimientos sobre los que construimos un mundo más justo, más digno y más igualitario. Son las primeras piedras sobre las que se edifican las escuelas y los centros de salud. Son las baldosas del camino hacia la igualdad entre hombres y mujeres, y las columnas que sostienen los derechos de los trabajadores.

Desde la restitución de la democracia, hace ya más de cuarenta años, los socialistas hemos llevado nuestros valores allí donde más falta hacen, al Boletín Oficial del Estado, la mayor herramienta de transformación social. Empujando nuestras libertades a la vanguardia del siglo XXI y tejiendo la igualdad entre españoles con el hilo del Estado del Bienestar.

Porque no se trata de elegir entre libertad e igualdad. Nunca se ha tratado de eso, sino de que todos seamos igualmente libres. Eso es lo que creemos los socialistas. Nuestra historia nos ha enseñado que la libertad sin igualdad es la coartada del privilegio y la igualdad sin libertad es la máscara del despotismo. Nuestro presente nos demuestra que aún nos queda tarea por delante.

Por eso, cada vez que se abran las urnas en nuestro país -ya sea en el pueblo más pequeño o en las elecciones generales más importantes del momento- llenarlas de puños y rosas es seguir sembrando el camino del progreso cortándole el paso a los reaccionarios. Es elegir el país que queremos ser y acercar ese horizonte al que aspiramos.

Y posiblemente nosotros no lleguemos a ver un mundo completamente libre de opresión, un mundo completamente libre de injusticia, de violencia y de explotación. Pero tenemos que recorrer nuestra parte del camino, tenemos que seguir avanzando y dejar algo mejor a los que nos sucedan. Esa ha sido siempre la promesa del socialismo. Es un honor recorrer este camino a vuestro lado, mis queridos compañeros y compañeras del Partido Socialista.

Felices 142 años de lucha compartida.

Cheap Live Sex Web Cam