RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS

EL FUEGO INVISIBLE DE JAVIER SIERRA

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Mar Martín
Los premios Planeta siempre me merecieron gran respeto y en esta ocasión, además, una gran sorpresa, ya que el galardón del año 2017 se lo ha llevado Javier Sierra.
La sorpresa no es porque considerara que este autor no estuviera a la altura de estos premios, sino, por su trayectoria literaria, tan dada a la heterodoxia que hubiera jurado en las antípodas de este premio.
Javier Sierra es un gran divulgador y valiente merodeador de temas polémicos, asuntos esotéricos y misterios insondables, que podría etiquetarse en esa corriente literaria que se adentra en la cara oculta de la Historia, corriente habitualmente considerada de segunda fila que cuenta, sin embargo, con un gran número de lectores y lectoras.
“El fuego Invisible” hace honor, una vez más, a ese estilo tan propio del autor que lo hace inconfundible y lo sitúa en ese espacio pretendidamente elegido al que nos referíamos antes.
¿De dónde vienen las ideas? es el leitmotiv de la novela, tras el que los personajes iniciarían una búsqueda que les llevará de una pista a otra, a modo de Gymkana, hasta resolver el enigma de un modo inesperado.
Javier Sierra construye una interesante trama en torno al Grial y su relación con la España del medievo. Un thriller en el que nada, ni nadie es quien parece y en el que se va desgranando una original tesis con final sorprendente.
Es, así mismo, esta obra metaliteratura, una narración sobre narradores, un relato en el que el autor se pregunta por los motivos que llevan a escribir.
De Barcelona a Dublín y de aquí de nuevo a Barcelona y luego a Madrid, David el joven filólogo protagonista de la novela, que acaba de leer su tesis doctoral sobre Parménides, descubrirá secretos de familia que le llevarán a conocer la relación de su abuelo, famoso escritor, con Valle Inclán o los motivos que llevaron a su padre a abandonarlo cuando era un niño. Todo ello enmarañado en un mundo en el que el número ocho, las iglesias románicas de Aragón y sus crismones y el mito del Grial ocultan un saber peligroso que le llevará al límite de casi perder la vida.
Indudablemente los tiempos cambian. Nadie hubiera imaginado que la Academia de Cine de Hollywood hubiera premiado con tantas figurillas una película de género como “La forma del agua” del mexicano Guillermo del Toro. Igualmente nadie hubiera apostado porque el jurado de los premios Planeta fuera a premiar una novela de intriga en la que el espiritismo, los visionarios y las fuerzas malignas de otros mundos pugnan por ocultar una verdad que finalmente resulta está al alcance de cualquiera. Y como en todos los relatos iniciaticos, en este viaje, nuestro protagonista conocerá que en el regreso a casa están las respuestas a todas las preguntas.

EL FUTURO ES FEMENINO

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Mar Martín

“El futuro es femenino” es una compilación de cuentos en los que la mujer es la protagonista de historias que a todas nos resultan familiares porque, o las hemos vivido directamente, o nos podemos imaginar perfectamente haberlas vivido.

En cada uno de estos relatos cortos, la niña, la joven o la mujer adulta experimenta una vivencia significativa que pondría un ladrillo más en el muro de la desigualdad a no ser por los finales alternativos que proponen cada una de las historias.

Son anécdotas que se encuentran en el imaginario colectivo femenino y que precisamente por ello se hace necesario torpedear con propuestas atrevidas y valientes.

Las escritoras  e ilustradoras Ana Santos, María Hesse, Laura Agustí, Elena Pancorbo, Lady Desidia, Amaia Arrazola, Naranjalidad y Agustina Guerrero han convertido este libro en un auténtico regalo para las niñas y jóvenes de hoy y también para las niñas y jóvenes que lo fueron ayer, al mostrarles que es posible otro mundo, al enseñarles que tienen en sus manos la posibilidad de cambiar un futuro pretendidamente escrito en masculino.

Esta pequeña obra se convierte en una gran obra porque visibiliza situaciones que no por rutinarias deben ser aceptadas. Porque destaca momentos de la infancia, la juventud y la madurez en los que nos hicieron  sentirnos mal por ser mujer y que, sin embargo, pudieron tener finales  distintos, y sobre todo es una gran obra porque reivindica un futuro en femenino de libertad e igualdad.

EL SUEÑO DE HIPATIA DE JOSÉ CALVO POYATO

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Mar Martín

A los que buscaron la verdad y lucharon para que nos alumbrase”  son las primeras palabras con las que, a modo de dedicatoria, José Calvo Poyato, inicia su novela “El sueño de Hipatia”, sintetizando en estas dos frases todo el propósito de la obra.

“El sueño de Hipatia” es un homenaje a la búsqueda del saber, a la ciencia, al progreso y sobre todo a una mujer silenciada y ocultada precisamente por defender el conocimiento y además ser mujer.

José Calvo Poyato, profesor de historia, especializado en el barroco, opta en esta ocasión por embarcarse en una aventura fechada en el mundo antiguo.

En el s.IV, entre el alba del cristianismo y el crepúsculo de la época clásica, la historia que nos cuenta la novela transcurre en un marco en el que se enfrentan dos concepciones del mundo: aquella en la que el pensamiento único tiene y debe imperar, representado por el cristianismo incipiente y, el pensamiento libre, heterogéneo y tolerante de un mundo clásico en declive, en crisis y de cuyas debilidades se aprovechará ese movimiento religioso que aspira a imponerse.

“Nadie debe ser condenado por sus ideas” expresa Hipatia, última científica del mundo antiguo que vinculó su vida a las tradiciones y costumbres de sus antepasados, que se enfrentó al poder de los patriarcas de Alejandría, fanáticos que se empeñaron y consiguieron acabar con las formas de vida del mundo clásico.

Por ello, sobre Hipatia, símbolo de la resistencia contra el poder  y el integrismo eclesiástico, “cayó un manto de silencio” escribe Calvo Poyato.

Hipatia se convirtió en una amenaza porque representaba la rebeldía de una mujer entregada a la ciencia y al progreso en una época en la que la semilla del fanatismo religioso comenzaba a crecer.

Escribo esta reseña cuando se cumple una semana del atentado yihadista de Barcelona y no puedo evitar pensar cómo, a pesar del paso de los siglos, el radicalismo religioso continúa provocando estragos, hoy en nombre de Alá, ayer en nombre de Cristo.

La quema de la biblioteca de Alejandría, uno de los episodios más desgarradores de la novela, junto con la tortura a la que sometieron a Hipatia aquellos fanáticos, simboliza el auténtico horror del integrismo.

Calvo Poyato cuenta que los cristianos destruyeron todos los escritos, todo el saber que albergaba la biblioteca porque no coincidían con su pensamiento. “Quemar aquellas ideas era una forma de quemar a quienes las escribieron”, expresa el autor.

En aquella gigantesca pira se estaba consumiendo a toda velocidad la constancia, el tesón y el sacrificio de miles de personas que, con su trabajo, habían procurado arrancarle sus secretos a la naturaleza, hacer más llevadero el esfuerzo de la humanidad o propiciar alivio y consuelo a los enfermos y afligidos. De la mayor parte de las obras que estaban ardiendo ni siquiera se guarda memoria de su título”.

La biblioteca de Alejandría acogía todo el conocimiento de la antigüedad. El progreso de la humanidad hubiera sido más ágil de haber contado con todos aquellos avances en medicina, matemáticas, astronomía, física. Y por eso se convirtió en el objetivo de una secta religiosa, al igual que en estos días, los espacios abiertos de convivencia internacional, intercultural, interracial como Barcelona son también objetivos a destruir junto a los infieles que en ellos habitan.

No es casual que escriba estas líneas, como no es casual que la historia se repita. Son las constantes vitales de una humanidad que no aprende de sus errores. Por eso es tan importante que interpretemos estos momentos como advertencias, señales de alarma que nos avisan del peligro de los que atraídos por cantos de sirena se precipitan a los acantilados, abarrotados de personas, llevando consigo cinturones de bombas y textos del Corán.

Es por ello que lecturas como las de la novela “El sueño de Hipatia” se hacen imprescindibles, por lo que cuentan, por cómo lo cuentan y, sobre todo, porque su trasfondo es lo que cuenta.

 

SOCIALISMO EN TIEMPOS DIFÍCILES DE JUAN ANTONIO MOLINA

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“Socialismo en tiempos difíciles” de Juan Antonio Molina es una selección de artículos breves pero intensos de contenido, en los que el autor, periodista y escritor, da su visión sobre el socialismo que fue, es y debería ser en España.

Con prólogo de Antonio Miguel Carmona y epílogo de Odón Elorza, Molina analiza en cada uno de ellos diferentes aspectos de la política y la economía actual que han llevado a la deriva a la clase trabajadora en los últimos años y a España a una crisis que va más allá de lo económico, adentrandose en todos los rincones de la sociedad.

Estos artículos publicados a lo largo del año 2012 en los diarios Nueva Tribuna, Diario Progresista, El Correo de Andalucía, Vanguardia de Sevilla y en la Latin News Agency, destacan el valor del socialismo como instrumento para lograr la igualdad social y la justicia y detallan las dificultades que en el mundo de voraz capitalismo en el que nos encontramos, los poderes e intereses fácticos se empeñan en crear. Así Juan Antonio Molina expresa que “la verdadera política es el arte de lo imposible, cambiar los parámetros de lo que se considera posible en el contexto de un pensamiento conservador y excluyente”.

También se hace referencia de modo recurrente en ellos a la “modélica” Transición, que con la perspectiva de los años se puede afirmar que ni fue modélica ni permitió una auténtica y sincera Transición. Sobre ella el autor dice que nuestra democracia está anclada en los condicionamientos de una transición desde la dictadura que dejó intactos muchos poderes financieros y sociales y apenas consolidada en la extensión de los derechos ciudadanos y el funcionamiento de las instituciones del Estado (…) La transición española supuso para las fuerzas de oposición al franquismo un ejercicio de renuncia que bajo el concepto de consenso representó en el caso de los partidos de izquierda el abandono de importantes jirones ideológicos (…)

Los artículos están llenos de citas de autores clásicos, antiguos y contemporáneos que dan a su lectura un valor añadido. Así menciona a Séneca para recordar sus palabras en relación a que lo que las leyes no prohiben puede prohibirlo la honestidad y Marcuse, Montalbe, Mallet, Camus, Bobbio, Adorno, Toynbee, Ortega y Gasset, entre otros, son los pensadores cuyas ideas conforman parte del esqueleto de los textos.

Y sobre todo son artículos que se preocupan por definir qué significa ser de izquierda. Para ello resalta las palabra del sociólogo Bauman en relación a que la comunidad tiene el deber de asegurar a cualquiera de sus miembros frente a un infortunio individual y a que la calidad de la sociedad debería medirse no en función del bienestar medio de sus miembros sino del de sus partes más débiles. También cita a Concepción Arenal en referencia a su pregunta sobre si los pobres serían lo que son si nosotros fuéramos lo que debiéramos ser.

Valiente y certero en sus análisis, Juan Antonio Molina incluso se atreve a soñar que un día el miedo cambiase de bando y en un ejemplar ejercio de durísima crítica hacia el viraje de la izquierda expresa “el destierro del pensamiento y la ideología del socialismo democrático le aleja de sus aspiraciones identitarias que fueron y deberían ser la implantación de un nuevo tipo de relaciones entre los hombres, un nuevo orden de prioridades, un nuevo modelo de vida y de cultura (…) Durante demasiado tiempo la izquierda ha sido en nuestro país no un proyecto de cambio sino un proceso de adaptación, actuando en un ámbito que niega el modelo de sociedad que propugna”.

No es casual que en estos días releyera alguno de estos artículos que, con los últimos cambios en la dirección del PSOE, cobra del todo relevancia su lectura, análisis y comentario.

Para concluir esta reseña he querido transcribir el último párrafo del artículo titulado “La política como tarea moral” que sintetiza en unas pocas líneas la intención y el propósito del autor al aunar en este libro estos artículos:

Ante el irracionalismo de la racionalidad del mercado, que sólo ve al hombre como un precipitado de la economía, es necesario clamar por la resurrección de las ideologías, pues en momentos como éste su tarea no sería exclusivamente política, sino también moral”.

 

LOS IDUS DE OCTUBRE DE JOSE BORRELL

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Mar Martín

Hoy, idus de junio, escribir la reseña de una obra, concebida para ejercer influencia ante un acontecimiento puntual en la historia del PSOE, cuando éste ya ha pasado, tiene sus ventajas y sus inconvenientes.

Uno de los inconvenientes es que, desde esta reseña ya es imposible sumar avales y votos para el candidato que lideraba el proyecto que, en esta obra se describe,  porque las primarias a las que dirigía su foco ya han tenido lugar.

No obstante, se ofrece como ventaja que, conociendo el resultado de las mencionadas primarias, este proyecto cobra visos de ponerse en práctica, por lo que se hace ahora, si cabe, más importante, su conocimiento para seguir incorporando apoyos y lograr que se haga realidad.

Los Idus para los romanos eran fechas de buenas noticias y coincidían con los días 13 de cada mes, a excepción de marzo, mayo, junio y octubre que se celebraban los días 15. De todos ellos destacaba el idus de marzo por estar dedicado al dios de la guerra, Marte. Y quiso la Historia gastarle una broma a Julio Cesar haciendo coincidir su asesinato con los idus de marzo.

Este guiño histórico que José Borrel utiliza para dar título a su libro, se vuelve a su favor porque, a diferencia de Cesar, Pedro Sánchez, también muerto en su propio idus de octubre (que no fue el 15 sino el 1) renace de sus propias cenizas, concediendo a la conmemoración, de nuevo, el rango de portadora de buenas noticias.

José Borrell, en un ejercicio de vertiginosa habilidad, escribe en pocos meses la crónica de una muerte anunciada, analizando sus pormenores y, sobre todo, explicando la necesidad de la resurrección.

Tras realizar una valiosa autocrítica sobre el cómo y el por qué se ha llegado al momento presente, desgrana las líneas maestras del proyecto que lidera Pedro Sánchez y con el que se pretende recuperar la confianza del electorado, perdida tras el abandono de las políticas socialdemócratas y la invasión del neoliberalismo al que no se le puso ni una mínima traba.

Los asuntos capitales sobre los que asienta el armazón de este proyecto de renovación son: recuperar la relevancia que la participación de la militancia tuvo en el pasado del PSOE, considerar que las alianzas progresistas son el camino para lograr cambios en las políticas económicas, rescatar la socialdemocracia y reinstaurar los principios y valores socialistas combatiendo el paradigma neoliberal dominante, defender el federalismo con sus premisas de cooperación, colaboración y solidaridad como se define en la Declaración de Granada y lograr que las políticas económicas sean una herramienta de transformación del modelo productivo.

José Borrell, ex ministro socialista con Felipe González y presidente del Parlamento Europeo desde 2004 a 2007 expresa en esta obra: “Confiemos en la resiliencia de la socialdemocracia que se ha reinventado muchas veces como fuerza que lucha por la cohesión social y contra la tendencia hacia una mayor desigualdad generada por el capitalismo. La socialdemocracia en el s. XX ha triunfado cuando ha sido audaz, cuando ha sido capaz de pensar en un futuro que no existe pero que se desea y necesita”.

Y para ello, destaca los retos a los que se enfrenta el PSOE concentrados en un reforzamiento de los principios y valores básicos de la socialdemocracia: igualdad, libertad y solidaridad ampliándolos en tres ámbitos: la necesaria sostenibilidad ecológica, imprescindible para garantizar un progreso justo y seguro para las generaciones presentes y venideras; la erradicación definitiva de la sociedad patriarcal que permita la igualdad de género y, la recuperación de la democracia para garantizar la justicia social. Todo ello aumentando la participación y el debate ciudadano.

Así, Borrell hace de su obra “Los Idus de Octubre” una lectura imprescindible, al convertirla en herramienta de reflexión, análisis y descripción de propuestas concretas con las que se puede cambiar el futuro inmediato de España.

«HOMBRES BUENOS» DE ARTURO PÉREZ REVERTE

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Mar Martín

El viaje de los dos miembros de la Real Academia de la Lengua Española, D. Hermógenes Molina y D. Pedro Zárate a París a finales del siglo XVIII en busca de la primera edición de la Enciclopedia, es la excusa que utiliza Arturo Pérez Reverte para retratar esa España que tan poco ha cambiado a pesar del transcurso de los años. Esa España dividida entre los que consideran el conocimiento como fuente de libertad y prosperidad y los que lo rechazan precisamente por los mismos motivos.

Los dos académicos: el bibliotecario D. Hermógenes Molina y el almirante D. Pedro Azcárate, de avanzada edad, aceptan la misión que cuenta con beneplácito real y de la misma inquisición para viajar hasta el corazón de Francia y traerse a su vuelta, los 28 volúmenes que componían la Enciclopedia de D´Alembert y Diderot. Pero ese viaje en carruaje no estará exento de peligros porque habrá quien se empeñe en impedir que los libros lleguen a España, aunque eso signifique la muerte de los mismos académicos.

Pérez Reverte en un alarde de originalidad, intercala en la narración los pormenores que le supusieron construir la historia, el trabajo de documentación y las entrevistas realizadas para modelar los personajes que, a pesar de haber existido, había que dotarlos de vida en la ficción.

Toda la trama gira en torno a cuatro figuras de diferente calado. Personalidades contrapuestas y que, sin embargo, tienen en común un pasado de compromiso que de una manera u otra les lleva al presente del que ya no pueden huir.

Más allá de creaciones maniqueas, Reverte hace que logremos empatizar con estos personajes arquetípicos pero llenos de claroscuros, que no dejan de sorprender al lector a medida que va avanzando la historia.

Así, bajo el título “Hombres buenos”, el autor bien ha podido referirse no sólo a los dos protagonistas, sino también, a los antihéroes representados por el revolucionario exiliado español Bringas o el villano Raposo, porque cada uno en su mundo, albergaba el mismo respeto y admiración por el conocimiento, la cultura y la libertad.

REY LOBO DE JUAN ESLAVA GALÁN

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Mar Martín

Del mundo antiguo conocemos   sobre todo a egipcios, romanos y griegos, pero muy poco sabemos de nuestros antepasados los  íberos. Hombres y mujeres rudos en un tiempo en el que la lucha por la supervivencia era su principal ocupación.
Juan Eslava Galán empeñado en sacar del olvido la historia de Iberia y por añadidura de su Jaén natal, nos regala de vez en cuando, novelas que recrean un pasado desconocido y no por ello menos importante, sobre todo, porque se trata de nuestro pasado.
Es el caso, de su obra “Rey Lobo”, en la que recrea la historia de un íbero oretano de Zubión (zona    entre la actual Jaén y Villagordo) que  comienza en el año 411 antes de Cristo.
Al igual que el Ulises griego, nuestro héroe, Zumel, abandona su hogar y se embarca en un    viaje que le llevará de guerra en guerra a la lejana  Siracusa, hasta que 20 años         después  regrese de nuevo a casa.
A lo largo de las aventuras y desventuras que vive Zumel atribulado por una promesa          incumplida, Eslava Galán desgrana las costumbres y tradiciones de aquel pueblo que puso los cimientos de nuestra historia.
“Rey lobo” es una novela de amor y venganza en la que los sentimientos llevan a nuestro protagonista a liderar acciones heroicas y desesperadas.
Es una obra en la que se vislumbran las tradiciones como cadenas que  esclavizan a los hombres  y el destino como la recreación de un propósito personal.
Es una metáfora de la absurda resistencia al cambio, al paso del tiempo.
Es la historia de un guerrero que quiere ser pastor y sólo cuando  acepta que uno es lo que es y no puede escapar de ello, encuentra la paz.

Niñas malas, mujeres perversas” recopilación de relatos seleccionados por Ángela Carter

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Mar Martín

Carlos Ruiz Zafón escribió en su cautivadora novela “La sombra del viento” que no se escoge un libro sino que es el libro quien te escoge y, verdaderamente es así.
Cuando por el año 1990 mi amigo Juan Bonilla me regaló el recopilatorio de relatos titulado “Niñas  malas, mujeres perversas” fue  precisamente esa una elección no azarosa encaminada a despertar en mi una semilla dormida.
Ciertamente el libro me escogió y mi amigo no hizo más que dejarse llevar por esa mágica voluntad que haría que este libro me acompañase todos estos años de manera muy visible en mi librería.
No obstante, desde entonces, ha permanecido en silencio y ha sido precisamente ahora cuando he  escuchado las voces de esas niñas malas y esas mujeres perversas  clamando por que se desvelaran sus historias.
Y ha sido precisamente ahora el mejor momento para leerlas.
No es casualidad que en un  momento en el que, por desgracia, la violencia machista es  un     asunto de actualidad, caiga en mis manos este libro que describe, a veces con pasión, otras desapasionado, el  papel femenino en la    sociedad cualquiera que sea porque en todas tiene un denominador común: sus protagonistas no son niñas malas ni mujeres perversas como habitualmente el patriarcado las ha querido clasificar, sino niñas y mujeres luchadoras,  capaces de ingeniar sofisticadas soluciones a sus vidas que de otro modo estarían abocadas al  fracaso.
Son niñas y mujeres valientes, a pesar de los condicionamientos  sociales, dispuestas a arriesgar lo que haga falta por lograr la felicidad o soportar el mayor  sufrimiento ante un destino  marcado por su género que las  hace esclavas de una vida que no han elegido.
Esta antología de relatos de  mujeres sobre mujeres seleccionados por Angela Carter es una bella y profunda reflexión sobre la mujer a través de varias historias,   muchas de ellas alegorías sobre la fortaleza y la capacidad de          sufrimiento.
Destacan entre las autoras de  algunos de estos relatos, las norteamericanas Djuna Barnes o Jane Bowles; la francesa Colette, la  sudafricana Bessie Head o las     indias Frances Towers o Suniti Namhoshi.
Mujeres de diferentes nacionalidades, de diferentes culturas, con diferentes formaciones, pero todas ellas con el denominador común de querer destacar la valentía, el dolor y el compromiso de tantas y tantas mujeres castigadas y     apartadas de la vida y que además tuvieron que cargar con los descalificativos de malas y  perversas.
De los 18 relatos quizás el primero y el último de ellos sean los que con mayor sensibilidad e inteligencia desvelen la clave que da       verdadero sentido a la obra.
El primer relato escrito por la    australiana, Elizabeth Jolley, titulado “La última cosecha” logra sorprender al lector acostumbrado a estereotipos femeninos y logra convencerle ante el virtuosismo que en muchas ocasiones la mujer debe desarrollar para salir  adelante.
Y el último de los relatos publicados en esta antología y tan bien escogido por la periodista y novelista británica Angela Carter es el de la escritora china Luo Shu,      titulado “Tía Líu”. En él la protagonista asume su rol de sirvienta en una comunidad tradicional china que lejos de apiadarse de su    suerte le recrimina su mala vida ante lo cual  tía Liu es capaz de afrontar su  destino con la poca  libertad que se le otorga.
Angela Carter cuya obra ha sido calificada de poética subversiva por rechazar mitos sociales y literarios y por desmontar estereotipos de género señalando su     origen patriarcal y su calidad de mito, realiza con esta selección un auténtico trabajo de reivindicación de la otra cara de la mujer, de ese rostro oculto, maquillado de prejuicios masculinos y que sin embargo ha sobrevivido bajo el peso de cientos de años de sumisión y que es necesario sea sacado a la luz para que resplandezca.

«LOS SURCOS DEL AZAR» DE PACO ROCA

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Mar Martín

Con la novela gráfica “Los surcos del azar” Paco Roca, Premio Nacional de Comic 2008, se sumerge en las  aguas del olvido en el que tantas y tantas historias de exiliados españoles se encuentran ocultas, en las   profundidades de un océano sin   memoria. Pero, después de tantos años a la deriva, golpeadas por un silencio impuesto e interesado, las historias de estos hombres y mujeres que entregaron sus vidas por la libertad, comienzan a ponerse en valor cuando jóvenes de generaciones  posteriores, como Paco Roca,  deciden emplear su tiempo,   trabajo e ilusión por hacerles el homenaje que nadie en España aún les ha hecho.

Los surcos del azar” inspiración del verso machadiano: “Para qué llamar caminos a los surcos del azar” es la historia de un joven dibujante que viaja hasta Paris para indagar sobre los exiliados españoles que lucharon en la segunda guerra mundial y    contacta con un antiguo excombatiente que tras las conversaciones  resulta ser uno de los soldados que formaron “La Nueve” que al mando del capitán valenciano Amado Granell liberó Paris de los nazis.

“La Nueve”, pertenecía a la División Leclerc, integrada en los  ejércitos de Patton, fue la primera compañía que penetró en París formada, en su   mayoría, por soldados y oficiales    españoles (146 de 160) y fueron ellos quienes llegaron al Ayuntamiento para liberarlo de las fuerzas alemanas. El día 26 de agosto de 1944 “La Nueve” encabezó el desfile de la victoria, llevando en sus vehículos, bajo la bandera francesa, la bandera republicana española.

Y fueron 16 soldados de “La Nueve” los que llegaron a liberar “el nido del águila”, el refugio de Hitler en los   Alpes bávaros, donde recibieron la noticia de  boca del general Leclerc de que la guerra había terminado y también, donde descubrieron con  decepción que liberar España, su   auténtico objetivo, no entraba en los planes de la coalición.

Es por esto que la obra de Paco Roca publicada en 2013 adquiere mayor importancia. Por una parte, cuenta con una indiscutible calidad artística, y por otra, posee el valor añadido de sacar a la luz la historia de los españoles que obligados al exilio optaron por unirse al ejército francés y luchar por la libertad creyendo que con el fin del nazismo comenzaría el fin de la dictadura militar española.

Paco Roca utiliza sólo colores fríos para ilustrar las dos historias que va narrando. Escoge el blanco y sepia para describir el momento presente en el que conversa con un Miguel Ruiz anciano solitario, callado, pero lleno de secretos. Y utiliza tonalidades de colores fríos en las viñetas en las que se cuenta la historia que poco a poco va desgranando Miguel sobre su pasado, su exilio y finalmente su participación en “La Nueve”.

Tras las charlas que ambos van teniendo se va descubriendo una vida llena de esperanzas rotas, de amistades perdidas y amores imposibles. Una vida aferrada a una falsa ilusión: la de poder regresar a una  España en libertad.

El autor confiesa que la idea de abordar este trabajo, que le llevaría 5 años, surgió en una visita a Paris en 2008, tras escuchar a la periodista Evelyn Mesquida, acompañada por dos de los excombatientes de aquella compañía, Manuel Fernández y Luis Royo, en la presentación de su libro “La Nueve, los españoles que liberaron Paris”. A partir de ese momento comenzó un duro trabajo de documentación para el que contó con la colaboración del historiador e hispanista Robert S. Coale.

Miguel Ruiz, el protagonista de esta novela narra los episodios ya olvidados de aquel remoto pasado por el que creía que ya nadie se interesaría, y va descubriendo una realidad    desconocida y crucial en la historia contemporánea europea y española.

Más de medio millón de españoles cruzaron los Pirineos en 1939 huyendo de la tropas franquistas, entre ellos muchos combatientes republicanos. El gobierno de la República  había contratado una flota de buques para evacuar a los españoles contrarios al fascismo, pero el gobierno de Franco puso todo su   empeño en impedir que estos barcos arribaran a las costas españolas. Los exiliados que lograron llegar a Francia fueron hacinados en campos de concentración, en barracas donde cientos de hombres, mujeres y niños murieron de hambre y enfermedades. A muchos les obligaron a alistarse en el ejército francés y otros se presentaron voluntarios, como los pertenecientes a “La Nueve” para    luchar contra el nazismo. Estos   hombres imprimieron la bandera   republicana española en trozos de tela y los cosieron a sus uniformes. Estos hombres dieron a los carros de combate nombres de ciudades en las que habían combatido a Franco como Teruel, Guadalajara, o Madrid. Estos hombres con lágrimas en los ojos liberaron París cantando ¡Ay   Carmela! con el sueño  de que    pronto  liberarían también España.

«PABLO IGLESIAS, EDUCADOR DE MUCHEDUMBRES» DE JUAN JOSÉ MORATO

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Mar Martín

Juan José Morato, que tuvo el lujo de conocer personalmente a Pablo Iglesias Pose, fundador de la UGT y del PSOE, describe en esta obra la vida y la persona de uno de los hombres más carismáticos y emblemáticos de la historia de España. Un hombre, cuyo pensamiento    deslumbraría a algunos, entre los que se encontraba Benito Pérez  Galdós o Unamuno y, cuyo compromiso  social, daría esperanza a muchos al proporcionarles los instrumentos  intelectuales para la lucha de clases.

El autor desgrana en las páginas del libro la dura infancia que sufrió Pablo Iglesias en una España empobrecida con unas gigantescas desigualdades sociales. Infancia que marcaría su vida y su entrega a los más débiles a los que nunca   dejó de defender incluso costándole, en más de una ocasión, la cárcel. Su integridad, su austeridad, su honradez y lucidez de pensamiento le atrajeron amigos y admiradores pero también enemigos que no cejaron en levantar calumnias contra su persona.

Desde las páginas de El Socialista, Pablo Iglesias Pose denunció atropellos, brutalidades, arbitrariedades, suspensiones de garantías constitucionales, y corrupciones electorales considerando que así contribuía a la educación ciudadana. Y también denunció el accidente laboral que el 8 de abril de 1905 se cobraría la vida de 30  trabajadores del Canal de Isabel II. Durante la construcción del 3er  depósito de agua con un material nuevo, el hormigón armado, tuvo lugar el hundimiento de la bóveda del edificio que también ocasionó heridas graves a más de 54 trabajadores. La Justicia exculpó a los  ingenieros imputados dando validez al informe de uno de ellos en el que se argumentaba que la ola de calor fue la causante del accidente, mientras, desde las páginas de “El Socialista” escribió: las causas del hundimiento han sido la codicia, el favoritismo, el compadrazgo, el chanchullo… El   terreno donde se construía no era el adecuado, pero su adquisición fue un negocio escandaloso; el material empleado no correspondía a la  solidez que requería la obra y la  inspección de los trabajos realizados o no se efectuó o fue una farsa”.

Según el periódico “El Liberal” hacía tiempo que la sombra de la sospecha corría sobre los contratistas que se lucraban ahorrando dinero en los materiales, lo que llevó a una multitud de trabajadores y  ciudadanos a que se concentraran para protestar, llevando a la policía a disparar y provocar un muerto y catorce heridos.

Sobre la absolución de los ingenieros Iglesias dijo: “Sabemos bien que la justicia burguesa es tan bondadosa con los poderosos que delinquen como inflexible y dura con los       pobres que tropiezan en el Código Penal siquiera sea por faltas leves … Estos fallos entrañan desprecio y crueldad hacia la clase trabajadora…”

La obra “Pablo Iglesias Educador de muchedumbres” publicada en su primera edición en 1931  a  pocos años de su muerte, el 9 de diciembre de 1925, es un homenaje a toda una vida de compromiso social, desde el sindicato y desde el partido. Así los despidos y la cárcel se convirtieron en algo habitual en su vida. Las empresas editoras de Madrid acordaron no volver a contratar a Pablo Iglesias como tipógrafo como consecuencia de sus reiteradas reivindicaciones y protestas ante la explotación laboral, y su continua participación en huelgas y escritos  denunciando abusos y atropellos le llevó a la cárcel  hasta en 11 ocasiones.

A la edad de 60 años Pablo Iglesias Posse fue elegido concejal por el pueblo de Madrid, en unas elecciones municipales que se celebraron 8 meses después del accidente laboral del Canal de Isabel II y es posible que en eso tuviera que ver su participación en el entierro de las víctimas, que se convirtió en una gran manifestación. Iglesias se dirigió a los asistentes y demostró, una vez más, su inquebrantable compromiso en la defensa de los más  desfavorecidos. Era la primera vez en la historia de España que tres representantes de la clase obrera formaban parte de un Ayuntamiento. Como concejal expresó: «Tenemos el doble deber de cumplir: como representantes legales del pueblo hemos de velar por los intereses de todos; como representantes de hecho de los obreros hemos de mirar por los intereses de éstos. Nuestra acción nos creará enemigos, no nos importa. Merecer el odio de los que envenenan al  pueblo, de los que le roban, de los que te toman como cosa explotable, será para nosotros una honra. »