Opinión

Ser mujer bajo el franquismo

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Lidia Falcón

Esta mañana del 28 de junio el Grupo Parlamentario Unidos Podemos nos rindió un homenaje a los represaliados por el franquismo. Ha sido breve pero emotivo.

Con la asistencia de pocos de los supervivientes de aquella barbarie,  los discursos de alguna de las víctimas y de los representantes de los partidos que forman la coalición, más las aportaciones del PNV, PDCat, y Odón Elorza. Y fueron denunciadores de los horrores de la represión que se ejerció durante 40 años –en algunas regiones más- sobre los obreros, los políticos, los sindicalistas, los maestros, los luchadores vecinales y estudiantiles, los escritores y los artistas, los republicanos, los masones y los anarquistas. Y estuvieron bien.

Pero únicamente Julia Hidalgo, representante del PCE, recordó a las mujeres, que anónimamente, lucharon sin descanso y sin tregua contra la dictadura.  Y yo pregunto, ¿no hay manera de que algún dirigente político se acuerde de que existieron mujeres en el país? ¿Y que fueron perseguidas y encarceladas y torturadas y fusiladas? ¿Tiene que ser siempre, y únicamente, otra mujer –porque no todas las que hablaron las recordaron- la que rinda homenaje a sus compañeras? Ninguna pancarta portaba rostros de mujer. Ni siquiera las 13 Rosas fueron recordadas.

En mi libro En el Infierno – Ser Mujer en las Cárceles de España, escribí:

“Este libro va dedicado a todas las mujeres que sufrieron en el más indiferente anonimato, la persecución, el arbitrario encarcelamiento, el desprecio y la humillación de sus guardianes y de sus jueces, en el largo calvario de nuestro país bajo la dominación fascista…Las mujeres españolas, mientras dedicaban toda su energía a mantener con pleno rendimiento la industria de guerra y la producción de paz, la agricultura, la escuela y el hospital, soportaron, primero los bombardeos y el hambre en la catástrofe guerrera, sufrieron más tarde el derrumbamiento de sus hogares, la derrota de sus esperanzas, y con la muerte en el alma, enterraron a sus padres, a su marido, a sus hermanos, y siguieron cumpliendo el papel asignado desde siempre: parieron y criaron a sus hijos, trabajaron en los campos y en las fábricas, manteniendo vivo el fuego de los ideales por los que habían muerto los suyos.

Las mujeres de nuestro pueblo supieron ser fieles a sus héroes y mártires. Durante cinco, diez, veinte años ininterrumpidos esperaron a sus hombres en las puertas de las cárceles, haciéndoles más llevadera la prisión con sus visitas, con sus cartas, con sus paquetes difícilmente conseguidos. Educaron a sus hijos, garbanzo a garbanzo y remiendo a remiendo en la devoción a la padre preso. Y los hombres que ganaron el respeto y la admiración del mundo entero, pudieron mantenerse firmes y esperanzados gracias al sacrificio de las ignoradas mujeres que les dedicaron íntegramente los mejores años de su edad. Nunca se han contado un mayor número de fidelidades observadas, sin una vacilación, día a día.

Otras muchas, todas ignoradas, fueron y son héroes y mártires de esa lucha que es también la suya. Murieron en las ciudades incendiadas y en las largas caravanas de la huida. Colaboraron activamente en las organizaciones clandestinas que continuaron la batalla sin descanso. Llevaron los mensajes claves para los grupos de la resistencia, a través de las montañas, burlando los puestos de vigilancia, desafiando los controles y los registros, en el decenio de lucha guerrillera del país. Escondieron hombres y armas en los sótanos de las casas. Recaudaron peseta a peseta el dinero que permitía mantener la huelga, dar de comer a los militantes escondidos, sostener el aparato de propaganda, adquirir la documentación falsa que salvara la vida de los compañeros. Imprimieron octavillas y folletos y los repartieron a despecho del riesgo. Y en la misma medida que a los hombres, la represión las apaleó, las torturó, y por su condición de mujeres fueron violadas y ultrajadas en los cuarteles, en las comisarías, en las cárceles, en los campos de concentración.

Para ellas no hubo indulgencia sexista. Fueron fusiladas tras un simulacro de juicio y cumplieron condenas de decenas de años, bajo los gritos de los vencedores, en el frío, el hambre y la miseria. Dieron a luz en las enfermerías de las prisiones y lactaron sus hijos en sus exhaustos pechos, alimentados con pan remojado. Sobre el dolor de darles la vida sufrieron la desdicha de verlos morir entre las rejas, o de perderlos arrebatados por la insania de sus carceleros.

Nunca renegaron de sus creencias. Ni indultos ni remisiones de condena les fueron concedidos por mor de su condición de mujeres. Y nadie ha recordado sus nombres, nadie ha escrito su epopeya, porque la historia siguen escribiéndola los hombres. La ayuda económica y moral de los grupos y de los pueblos en lucha se ha volcado en las cárceles de hombres. Para ellos se han escrito los panfletos, se han levantado las masas en multitudinarias manifestaciones, se ha gritado en todos los idiomas la exigencia de justicia. Para ellos se han publicado las páginas literarias más hermosas y vibrantes. El recuerdo y el homenaje a los mártires de la lucha sólo incluyen a las mujeres en ese plural de las palabras que es siempre masculino.

Muchas otras mujeres han caído víctimas de la miseria, de la ignorancia, de la masacre social que ha machacado al pueblo español. Esas mujeres se han prostituido para comer y dar de comer a los suyos, favorecidas por el clima de corrupción, de mercado negro, de especulación y de estafa de un régimen que le señala a la mujer el burdel como única solución. Han abortado mientras la mortalidad infantil alcanzaba el más alto índice de Europa, y los escupitajos de la moral oficial las condenaba a la muerte civil.

La patria que las abandonó y las repudió primero, las amontona después en las cárceles. Las mujeres en prisión no mueven la política ni la sociología ni el arte ni la literatura. En un escalón más bajo, más despreciable, más olvidado que el preso, está la presa. Por ellas no se firman manifiestos, ni se escriben panfletos, ni se editan denuncias. Por ellas no hay interpelaciones en los Senados ni ruedas de prensa ni emotivas acusaciones de personajes influyentes al poder público.

Las últimas ventajas conseguidas en las prisiones de hombres no se han hecho efectivas hasta muy tarde en las de mujeres. Para ellas se dan unas condiciones muy especiales represivas, y su voz es débil y su fuerza escasa. Detrás de los muros carcelarios se ha tendido un impenetrable telón que las entierra.

A todas ellas va dedicado este libro. A las compañeras de luchas, a las compañeras de prisión, que han arrastrado meses y años los sufrimientos del encierra carcelario, sin que nadie las viera, ni oyera sus voces ni recordara sus nombres”.

Todo esto me hubiera gustado poder haber leído esta mañana.

Artículo publicado en público.es el 28 de junio de 2017

Enlace al artículo:

Ser mujer bajo el franquismo

DOBLA, DOBLA

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Mar Martín

Doblad, doblad el abanico de papel,  le dice el Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Jesús Sánchez Martos, a los escolares asfixiados por la ola de calor, mientras, otros doblan y doblan a orillas de fresquitos paraísos los billetes saqueado de las arcas públicas.

Si el PP no se hubiera apropiado de esas cantidades inmorales de dinero público y amnistiado fiscalmente a los que no pagan a Hacienda, todas las aulas de los colegios públicos de España tendrían hoy aire acondicionado.

No hace mucho exigían a la ciudadanía sacrificios, argumentando que era el único modo de salir de la crisis, mientras desfalcaban, sin pudor, la hacienda de todos. Ahora, vuelven a exigir, otra vez, sacrificio ofreciendo a cambio abanicos de papel tan inconsistentes como su talla moral.

Hace apenas una semana el Tribunal Constitucional nos daba una buena noticia  al declarar, por unanimidad, la inconstitucionalidad de la amnistía fiscal de Montoro que vulneraba el principio de igualdad y con la que supuestamente se iba a recuperar el 10% del dinero evadido y que, sin embargo, sólo logró rescatar el 3% del dinero defraudado.

Recién llegado al gobierno, el PP en 2012 adoptó esta amnistía fiscal como una de sus primeras acciones, demostrando cual era, en verdad, el orden de sus prioridades gubernativas. De aquella amnistía se beneficiaron, sus propios exministros (Rodrigo Rato) sus tesoreros (Luis Bárcenas) sus secretarios generales (Francisco Granados) y socios (David Marjaliza)  haciendo todo un alarde de cinismo y riéndose en la cara de cada uno de los contribuyentes que pagan sus impuestos.

Esta sentencia descubre que el PP rompió la igualdad de los españoles al favorecer a los defraudadores, saltándose la Constitución que determina que todos los ciudadanos deben contribuir por igual a financiar el gasto público. También, pone al descubierto que el Gobierno del PP desatendió sus responsabilidades de obligar a todos a pagar impuestos y legitimó y premió una conducta delictiva de quienes incumplieron su deber de tributar.

El recurso contra la amnistía fiscal de Montoro, que fue presentado por los diputados socialistas del Congreso era la principal esperanza para recuperar el dinero perdonado a los defraudadores, pero la sentencia del alto tribunal, que impedirá futuras amnistías fiscales al considerarlas atentados contra la Constitución, deja tranquilos a los defraudadores alegando principio de seguridad jurídica lo que significa que no se investigarán las declaraciones, ni se revisará el tipo efectivo que pagaron que fue del 3%.

Según el Constitucional la amnistía de Montoro tuvo tres efectos desastrosos para la hacienda pública. El primero de ellos: permitir la regularización «a un tipo reducido» que se estableció en el 10%, pero que finalmente fue del 3%, el segundo: eximir a los defraudadores del pago de ningún tipo de recargos: ni intereses de demora, ni penalizaciones por fraude a Hacienda ni otro tipo de sanciones y el tercero: convertir en «renta declarada a todos los efectos» todos los bienes regularizados, por lo que los contribuyentes no tuvieron que dar ninguna otra explicación.

Si el PP, en plena crisis económica, con un Estado de Bienestar en el centro de la diana, se hubiera tomado en serio el Estado Social de Derecho hubiera exigido a los defraudadores regularizar los 1.333.333 millones de euros evadidos en lugar de los 40.000 millones, no hubiera recaudado  únicamente los ridículos 1.200 millones de euros y hubiera podido instalar aires acondicionados en todos los colegios públicos de España y pagar la correspondiente factura de la luz.

ERRE QUE ERRE

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Mar Martín

Vuelvo a escuchar hoy en la radio que Ciudadanos, erre que erre, con el impuesto de sucesiones y no puedo más que hacer un ejercicio de hemeroteca para recordar y recordarles las mentiras sobre las que el PP construyó la campaña que ellos siguen defendiendo.

No por mucho decir que llueve va a terminar lloviendo, sin embargo hay quienes terminan viendo chispear. De tanto repetir que hay que eliminarlo porque nos perjudica, hay quien lo cree, cuando en verdad es un impuesto que sólo afecta a los que hereden individualmente más de 250.000 euros y son el 2% de la población andaluza.

Este es un ejemplo de cómo el interés particular se convierte en un falso interés colectivo, si se utilizan adecuadamente grupos mediáticos y si además se monta una plataforma orquestada por el PP que ha sido realmente eficaz: miles de personas han creído que este impuesto es injusto, muy elevado y que lo pagan las clases medias y trabajadoras.

Sin embargo, es un impuesto centenario, que existe en 27 de los 34 países más ricos del mundo y siempre se ha considerado uno de los instrumentos más efectivos para luchar contra los privilegios y conseguir  sociedades más equitativas y economías más eficientes.

No es un impuesto autonómico como se ha dicho, sino estatal, por lo que la Junta de Andalucía no podría eliminarlo. Sin embargo el PP en sus varias reformas fiscales pudo hacerlo y no lo hizo. Es falso que familias sin liquidez no puedan recibir las herencias de sus padres, porque la ley contempla plazos para venderlas, pero es la crisis la auténtica causa y no el impuesto. Y es falso, también, que no sea necesario,  porque las mayores desigualdades  sociales se dan por razones de patrimonio más que por renta.

El machaque de la propaganda del PP fue de tal dimensión que la Junta de Andalucía tuvo que contraatacar con una campaña informativa en la que,  a través de un simulador “on line” los usuarios pudieran hacer el cálculo del impuesto, con objeto de acercar a la realidad la situación concreta de los contribuyentes.

Pero, en su línea descafeinada de acólitos del PP, Ciudadanos puso como exigencia en su pacto de gobierno, no la eliminación del impuesto, pero sí su reforma. De modo que se exonerará de pagar a los que hereden  individualmente hasta 250.000 euros y, si la herencia ascendiera a 350.000 euros, sólo se tributaría por los primeros 200.000.

Ésta es la exigencia que vuelve hoy como noticia y con ella un retrato de   fieles discípulos del PP y cómplices de la destrucción del ya malherido Estado de Bienestar.

EMPRESARIOS

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Mar Martín

Nuestra acción nos creará enemigos; no nos importa. Merecer el odio de los que envenenan al pueblo, de los que le roban, de los que le toman como cosa explotable, será para nosotros una honra” dijo Pablo Iglesias Posse en uno de sus discursos, siendo ya concejal del Ayuntamiento de Madrid en el año 1908.

Y esa frase lapidaria debe seguir de actualidad a la vista de los comentarios que el presidente del Círculo de Empresarios,  Javier Vega de Seoane hace del resultado de las primarias.

A éste le preocupa que el nuevo Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, critique al gobierno corrupto del PP. Le inquieta que promueva la reducción de la jornada laboral a 35 horas, la subida a 1.000 euros del salario mínimo o una renta básica que se materializaría con un impuesto negativo sobre la renta.

Javier de la Vega prefiere que se sigan aplicando las mismas políticas económicas que se han venido aplicando en los últimos años y que han dado como resultado una mayor desigualdad y el incremento de la deuda, que es ahora mayor que antes del austericidio.

Javier de la Vega apuesta por una España en la que cada día haya más trabajadores pobres y más ricos que acumulen beneficios inmorales.

Apelando a que la corrupción en España es casi un espejismo, a que los empresarios son buenos y creen en el Estado de Bienestar y a que el PP tiene muchos votos detrás, pide a Pedro Sánchez que no cumpla lo prometido a la militancia y renuncie a lo que esperan los votantes.

Atormentado por fantasmas como la reducción de la desigualdad, la eliminación de paraísos fiscales o impuestos sobre el capital, el presidente del Círculo de Empresarios critica que el PSOE defienda la izquierda, ignorando que con sus palabras refuerza el pensamiento socialista trayendo a la memoria las palabras del fundador del partido: “la clase obrera no logrará más mejoras que las que ella imponga por la fuerza de su organización y aún después de logrados habrá de luchar y vigilar para el cumplimiento de ellas. ¡Escribe, Prensa asalariada de la burguesía cuanto se te antoje contra el socialismo, que nosotros no cejaremos en demostrar a los trabajadores la bondad del ideal del Partido Obrero”.

EL LOBO QUE CUIDABA A LAS OVEJAS II

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Mar Martín

El otro lobo que cuidaba a las ovejas se ha visto obligado a regresar al monte alejado de aquellas a las que supuestamente tenía que proteger y que, sin embargo, estaban absolutamente expuestas a los peligros.

Es así que el fiscal jefe anticorrupción, Manuel Moix encargado de vigilar los asuntos relacionados con la corrupción en España que se acumulan exageradamente alrededor del PP, tampoco cumplía lo que exigía a otros cumplir y por ello acaba de presentar su dimisión, aunque ayer decía que no veía motivos para ello. Si no son motivos engañar a los ciudadanos y proteger a los corruptos del PP, en su historia personal se han  encontrado.

Heredó de su padre un inmueble valorado en 550.000 euros que estaba ubicado en un paraíso fiscal que no quiso legalizar porque le costaba dinero. Es decir, el mismo dinero que el resto de los mortales contribuyentes pagan porque lo exige la ley, son solidarios y sobre todo honrados.

Había que pagar una plusvalía por el beneficio desde el valor inicial de la casa al valor actual, pagar el impuesto de rentas de no residentes que es el 19% del beneficio y otro impuesto del 6%”. Y esto, que hubiera significado  arreglar una situación irregular que provocó el anterior entramado offshore, el fiscal anticorrupción y sus tres hermanos no lo quisieron hacer. Era mucho más barato mantenerlo en Panamá.

Pero los titulares de portada con el nombre de Manuel Moix no son nuevos. El pasado 16 de mayo todos los partidos del Congreso de los Diputados menos el PP votaron a favor de reclamar los ceses del fiscal general del Estado, Jose Manuel Maza y de Moix por la injerencia gubernamental en los casos de corrupción del PP. Se censuraba la decisión de Maza de designar a Moix Fiscal Jefe Anticorrupción después de haberse conocido que Ignacio González (Caso Lezo) había dicho que abogaba por colocarlo en ese puesto para solucionar sus problemas judiciales y su polémica trayectoria.

Si son estos lobos los encargados de cuidar a las ovejas, es decir a la sociedad española, flaco favor hacen a la Democracia y al Estado de Derecho, por el que tantas personas dieron su vida. En lugar de mantener vivos los engranajes de la compleja e importante maquinaria de la Justicia, abandonan las ruedas y dejan que se llenen de verdina. Todas las instituciones democráticas están en jaque, esperemos que no sea mate.

EL LOBO QUE CUIDABA A LAS OVEJAS

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Mar Martín

De los tres poderes que Montesquieu separó, como garantía para un buen gobierno, el judicial, ha sido hasta la fecha, sobre el que la sociedad más confianza ha depositado.
La distancia que haya entre un poder y otro es directamente proporcional a la salud de un Estado y, de los tres, el judicial se ha mantenido hasta el momento alejado de disputas políticas.
Los jueces y juezas encargados de aplicar la ley y las normas jurídicas son la piedra angular sobre la que reposa la credibilidad de un Estado y es por ello que vigilar su independencia es de vital importancia.
Sin embargo y, como un atentado a nuestra inteligencia y soberana falta de respeto a la ciudadanía,  el PP ha metido la mano hasta en la judicatura para mancillar también este espacio que debería permanece siempre impoluto e inmaculado.
Utilizando su mayoría en el Poder Judicial ha impuesto a dos jueces afines, Concepción Espejel y Enrique López, en puestos clave de la Audiencia Nacional, Audiencia que juzgará algunos de sus casos de corrupción: Lezo y Púnica.

Estos dos jueces además tienen en común haber sido apartados, por sus propios compañeros, de los tribunales que están juzgando y juzgarán esa corrupción, precisamente por su proximidad al Partido Popular.

Cuando se pone a un lobo a cuidar de las ovejas está asegurado el asado.

EL EX MINISTRO, EL EMPRESARIO, SU MUJER Y SU AMANTE

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Mar Martín

Aunque lo parezca, no es una película de Peter Greenaway. Son los nuevos investigados en la operación Lezo. Eduardo Zaplana, Juan Miguel Villar Mir y la mujer de Ignacio González protagonizan el nuevo episodio de la serie: “Piratas, saqueadores de lo público que amasan fortunas con lo ajeno”. Pronto en las mejores salas, eso sí, con el 21% de IVA.

Como la ficción siempre supera la realidad, imaginar la sinopsis de la película no sería difícil. Sobre todo, después de descubrir que estos garantes de la gestión, estos defensores de la empresa privada, llevan décadas dedicándose a lo público para delinquir. Porque, de otro modo no se entiende su empeño en la política. ¿Si son tan buenos gestores y opinan que la gestión pública no es rentable, por qué no se han dedicado a gestionar, tan bien como saben, sólo sus empresas privadas? He aquí el asunto principal de la película que llevan tantos años protagonizando.

Son ellos y sus familias, los legítimos dueños de las riendas que deben guiar España. Porque desde los despachos de los ministerios, las consejerías y las concejalías, se pueden amañar negocios con suculentos beneficios para sus bolsillos y para financiar un partido que tiene que garantizar su perpetuidad en el gobierno, con objeto (y cerramos el círculo) de poder seguir amasando dinero público en sus cuentas corrientes.

El PP, por lo que van desvelando los juzgados, más que un partido político es una trama organizada con el único objetivo de saquear las arcas públicas, desmontar el Estado de Bienestar privatizando los servicios básicos como la educación y la sanidad, las pensiones y todo lo que observen susceptible de negocio, aunque condenen a la indigencia y miseria a una parte importante de la población y dejen sin esperanza a generaciones de jóvenes.

Y dicen que son patriotas, pero son antisistemas que roban el dinero de los impuestos (que ellos no pagan al desviarlo a paraísos fiscales) en forma de comisiones millonarias u obras innecesarias. Mercasa, Bankia, el Canal de Isabel II, aeropuertos sin aviones o autopistas que concedieron a sus amigos y tras su fiasco ahora quieren nacionalizar. Ponen y quitan jueces y fiscales a su antojo, incluso son capaces de desviar ríos para llevárselos a sus fincas como hizo Rodrigo Rato con el Tajuña. Y es que todo lo que está al alcance de sus ojos, les pertenece. Y por ello no sienten humillación alguna. Hacen lo que les corresponde. Hasta tres dimisiones ha tenido que presentar Esperanza Aguirre antes de irse al marquesado y D. Tancredo mira hacia otro lado mientras declara por el caso Gürtel.
Ya, no es hastío lo que sentimos. Es sencillamente asco.

ACANTILADOS DE LA MEMORIA

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Mar Martín

Los hechos que suceden en el presente van configurando lo que será la Historia de mañana y como algunos no pueden emplear, aunque quisieran, “control-z” al pasado, ante la vergüenza y bochorno que sienten por lo que hicieron sus familiares más o menos directos, se empeñan en que se olviden aquellos acontecimientos y se oponen a los trabajos de las asociaciones de Memoria Histórica.

No se trata de abrir heridas, como esgrimen, sino de sacar a luz hechos inconfesables con los que se podría entender mucho de lo que sucede estos días. Es por ello envidiable el trabajo que realizan estas asociaciones de Memoria Histórica, como ha sido encomiable también el gesto de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, en honor de los combatientes republicanos de La Nueve.

Manuel Carmena junto a la alcaldesa de París, Anna Hidalgo homenajearon ayer jueves a los soldados españoles que liberaron París de los nazis, hazaña que la Historia decidió silenciar para mayor gloria de los franceses. Es por ello, un acto de obligada responsabilidad que la alcaldesa de París, una vez más, apoye iniciativas que tratan de sacar del olvido la gesta que estos hombres, excombatientes contra el franquismo realizaron por la libertad.

El 24 de agosto de 1944, tanques con nombres como Guadalajara, Ebro, Guernica, Don Quijote o España cañí, entraron en París bajo las órdenes del general Leclerc, llevando como avanzadilla a los españoles que luchaban por la libertad creyendo que tras acabar con el nazismo se terminaría después con el fascismo franquista español.
Los republicanos españoles participaron en el desfile de la victoria por las calles de París, con el general Charles de Gaulle, pero no tendrían un reconocimiento oficial hasta que en agosto de 2004 el Ayuntamiento francés les colocara una placa conmemorativa junto al río Sena en el muelle de Henri IV.

Posteriormente, en 2015, la monarquía española homenajea a estos hombres junto a la alcaldesa, Anna Hidalgo, en París, pero no es hasta ahora, que en España se les hace un reconocimiento oficial.

No obstante, su memoria no ha quedado olvidada tampoco gracias al excelente trabajo de Evelyn Mesquida en su obra del año 2008 “La Nueve”, y al dibujante de comics Paco Roca que rinde homenaje en 2013 a estos hombres con su obra “Los Surcos del Azar”.
A pesar de los que se afanan en dejar en cunetas, zanjas y fosas olvidadas la historia de tantos hombres y mujeres represaliados, torturados y asesinados por luchar por la libertad, es nuestro deber no dejar de apelar al legítimo derecho de tantas familias que necesitan encontrar los cuerpos de sus familiares y cerrar así capítulos de una historia que mejor no hubiera sucedido.

POLVOS Y LODOS

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Mar Martín

Que la corrupción en España es una lacra, nadie lo duda a estas alturas. Que la corrupción hunde sus raíces en el franquismo y la dictadura, tampoco. Pero, que seamos capaces de dar escarmiento a sus protagonistas con castigos ejemplarizantes que sirvan para terminar con ella, es la gran duda de todos.

Términos a penas usados por la mayoría de los mortales como: empresa offshore, paraíso fiscal, blanqueo de dinero, opaco, UCO, forman ya parte del vocabulario común. Cada amanecer está lleno de estas palabras que recorren las calles de nuestras ciudades, entran en los locales comerciales de nuestros barrios y se instalan en nuestra mesa a la hora de comer.

Que si Rodrigo Rato se llevó el “manso” cuando era director gerente del FMI y luego se acogió a la amnistía fiscal de Montoro; que si Endesa, Paradores, Repsol, Aldeasa, Logista, BBVA, Retevision, Telefónica, Azucarera o Iberia están siendo investigadas por desviar dinero a empresas offshore; que si el gobierno de Aznar concedió seis de cada diez indultos a condenados por corrupción; que si la rana o mano derecha de Esperanza Aguirre , Ignacio González ha desfalcado la empresa pública de aguas de Madrid; que si el recién nombrado Fiscal Anticorrupción, Manuel Moix, intentó detener alguno de los registros de la Guardia Civil en la operación Lezo contra Ignacio González; que si éste le dijo a Zaplana que Manuel Moix era una persona próxima al PP, que le conocía bien de sus años en Madrid, y que estaría más tranquilo con él en la Fiscalía Anticorrupción; que si la fiscalía de Moix evitó que Rodrigo Rato durmiese en el calabozo, impulsó la acusación contra el juez Elpidio Silva por encarcelar a Miguel Blesa, rechazó acusar a Esperanza Aguirre cuando se fugó de los agentes de tráfico y advirtió a los medios del posible “encaje penal” por la publicación de los correos de Blesa que dieron lugar al escándalo de las tarjetas black; y… que si la reforma de la ley del Tribunal Constitucional que el PP aprobó en solitario en 2015 acorta los plazos de prescripción de los delitos beneficiando, entre otros, a los defraudadores componentes de la lista Falciani.

Así, entre el puchero, gazpacho o lentejas, porque, para todas las estaciones hay, vamos tragando y tragando hasta que un día conviertan el bolo alimenticio en algo intragable que nos bloquee la garganta. Entonces igual lo escupimos todo sin evaluar las consecuencias. Pero igual, ahora, no es el mejor modo de airear tanta podredumbre utilizando un autobús, a riesgo de trivializar la gravedad del asunto.

Cuando los pilares de una casa se pudren, el edificio termina, tarde o temprano por caer. O reforzamos los sillares con grilletes o construimos una nueva casa.

COMO DIOS MANDA

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Mar Martín

Ni en los mejores años de la dictadura se adoctrinaba tan bien como lo hace ahora el colegio Juan Pablo II de Alcorcón (Madrid) que segrega por sexo a sus alumnos y alumnas.

Las niñas hacen ganchillo y visitan comedores sociales, los niños el Bernabéu y, no leen el catecismo y escuchan a la señorita Francis porque está demodé, eso sí todo pagado con dinero público.

Mientras unos remamos en una dirección, otros se empeñan en la contraria de modo que al final nos quedamos en el mismo sitio o naufragamos en un inútil intento de llegar a la orilla.

La España de Franco es una estampa que, aunque creamos incolora, se repite a todo color en muchos rincones de la piel de toro. Por eso, no es de extrañar que supuren autobuses naranjas, se expediente a mujeres guardia civiles por tener la regla y se adoctrine con roles de género. Ni el caudillo en sus mejores sueños hubiera imaginado mejores secuelas.