Opinión
NECESIDADES
Mar Martín
Defender la igualdad en este mundo machista y patriarcal es una proeza llena de peligros, a la que hay que enfrentarse después de haber velado armas.
No es cierto que hayamos avanzado. Hemos maquillado, de cara a la galería, una realidad que demasiados no quieren cambiar. Se han escrito leyes que en la práctica son papel mojado. Se hacen esfuerzos pedagógicos insuficientes que no mueven ni un ladrillo del muro del machismo. Porque los roles de género milenarios que reparten lo ancho y estrecho del embudo siguen existiendo. No están dispuestos a borrar las diferencias que han justificado la desigualdad y su consecuente división de ventajas y perjuicios.
Y si en la empresa, en la vida doméstica o en la política es difícil atisbar un mínimo de igualdad, en el ejército o en sus hermanos pequeños como la Guardia Civil o la Policía Local y Nacional es una entelequia.
Sin ir más lejos hace unos días, una mujer Guardia Civil, tuvo la desgracia de que le bajara la regla en pleno control rutinario en una rotonda portuaria y para evitar manchar el uniforme y el coche patrulla, abandonó su puesto de trabajo durante 10 minutos para ponerse una compresa en el baño más próximo que se encontraba a 300 metros.
2 días sin empleo y sueldo ha sido la consecuencia de una regla inesperada. ¿Hubiera ocurrido algo si es su compañero el que se siente indispuesto mismamente por un apretón de tripas? Probablemente no. No hubiera pasado nada.
GUARDIANES DEL UNIVERSO
Mar Martín
Al igual que Atlas llevaba el peso del mundo sobre los hombros, aquella España que creíamos olvidada, llevaba el peso de la responsabilidad de saber lo que nos convenía. Eran los legítimos dueños de la moral, del orden y de la costumbre. Eran quienes marcaban las líneas correctas que se debían seguir, y ¡pobre de aquel que se saliera del camino!
Los años han pasado y con la democracia llegaron las libertades civiles, políticas y religiosas, pero bajo el sutil asfalto sobre el que se construyó esta nueva España, perviven aquellos que se resisten a perecer. Aquellos que siguen creyendo que son los encargados de que las cosas estén bien hechas, de conducir nuestras vidas no vaya a ser que nos descarriemos, de asegurar lo que Dios manda.
Pero Dios ya no está en el corazoncito de cada uno de nosotros, como les acostumbraban a decir en los seminarios religiosos o retiros espirituales. Dios les ha debido abandonar, de otro modo no se entiende la desfachatez al dañar la libertad de tantos niños y niñas, jóvenes y hombres y mujeres que han decidido qué género ser.
La identidad de una persona no está en el sexo, como ese autobús endiablado ha pretendido vociferar por plazas y ciudades. La libertad individual de ser lo que se siente está por encima de las retrógradas reglas de ese mundo atrapado en la Edad Media. El derecho a elegir qué ver en nuestro cuerpo es más valioso que cualquiera de los lignum crucis repartidos por el mundo.
Pero esos guardianes del universo no han podido aguantar más. Demasiado han soportado durante estas décadas de democracia y libertad. Tenían que salir de las catacumbas y gritar que aún siguen siendo los dueños de la moral, el orden y la costumbre. Pero se encontraron esa España que tanto detestan, que se ha resistido a ser avasallada y ha entonado de nuevo: “No pasarán”.
EL RETRATO DE DORIAN GRAY
Mar Martín
Los últimos años que hemos vivido dan la impresión de que corresponden más a tiempos geológicos o incluso cósmicos que a humanos. Fue eterno el primer reinado de Rajoy. Fue interminable la espera ante un posible pacto de izquierda. Y de nuevo, como en un bucle infinito, volvemos al principio, al igual que Prometeo condenado por Zeus a que un águila le devorase el hígado cada día por toda la eternidad, estamos, otra vez, en manos de la derecha española más retrógrada y antisolidaria. Da igual la corrupción descubierta, juzgada y condenada judicialmente; el dinero robado de las arcas públicas que han provocado los recortes y el rescate de las entidades bancarias. No importan las leyes que han recortado derechos a los trabajadores/as y han pretendido crear estudiantes de primera y segunda categoría. Es irrelevante el crecimiento de la desigualdad, el incremento de ricos y pobres, el retroceso económico para la mayoría de la población.
Todo da lo mismo. Según las últimas encuestas, el partido que se ha beneficiado y sigue beneficiándose de la crisis es el que con mayor intención de voto cuenta.
La insolidaridad ha conquistado el mundo. EEUU, Polonia, Hungría y en estos días el pacto entre partidos conservadores y liberales de Europa darán a todas las instituciones europeas y consecuentemente al proyecto un importante giro en sus políticas hacia la derecha.
Sus cantos de sirena seducen a los navegantes mientras les dirigen hacia los afilados arrecifes. Sus voces elocuentes ocultan atrocidades y sus embriagadores mensajes, barbaries.
La mentira es más fácil de creer, pero tarde o temprano corrompe el alma, aunque ¿a quién le importa?
Su visión es cortoplacista, (mayor acumulación de ganancias en el menor tiempo posible) ya podrían pensar en términos geológicos o cósmicos o incluso creer en los castigos de los dioses por toda la eternidad.
Prefieren esconder su retrato en el trastero bajo llave y cuando el inevitable paso del tiempo lo pudra, ya no estarán para dar cuenta de sus culpas.
MARIO SOARES: ENSEÑANZAS PORTUGUESAS
José Rodríguez de la Borbolla / Diario de Sevilla
finales de abril de 1975, un año después de la Revolución de los Claveles, el PSOE y la UGT enviaron tres representantes para asistir a las celebraciones del Primero de Mayo en Lisboa: Antonio Herrera, alias El Peluca, de Sevilla, trabajador en una fábrica de bovedillas; Alfonso Perales, de Alcalá de los Gazules, estudiante de Historia; y un servidor, doctor en Derecho y PNN de Universidad. Un obrero, un estudiante y un intelectual orgánico. ¡Cualquier cosa!
Cruzamos a Portugal por Rosal de la Frontera, llenamos de pintadas del PSOE y la UGT todas las paredes blancas que nos encontramos por el camino, y llegamos al hotel de Lisboa en el que nos esperaba Manolo Simón, compañero del PSOE y la UGT, procedente del exilio en Toulouse, políglota y representante en Lisboa de la CIOSL (Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres). El socialdemócrata Manolo Simón: «¡Un agente de la CIA!», según afirmaban los comunistas y otros revolucionarios portugueses de la época.
LAS COCES DE AZNAR
José Rodríguez de la Borbolla / Diario de Sevilla
znar nunca fue un político fino, ni valiente, ni dialogante. Recortadito de cuerpo, acostumbraba a parapetarse detrás de otros -Pujol, por ejemplo-, y a ceder más de lo conveniente -porcentajes de IRPF a las autonomías, por decir algo- cuando estaba en una posición en la que necesitaba de apoyos minoritarios para gobernar; y sacaba pecho, o marcaba abdominales, o hacía que su partido actuara en solitario, menospreciando todo acuerdo o transacción e imbuido de una ciega confianza en su destino y en la trascendencia histórica de su inmarcesible y descomunal papel personal de líder mundial -foto de acólito de Bush en las Azores, venga al caso- cuando tenía mayoría parlamentaria y creía que podía mirar a los demás desde la cima de su dimensión trascendente.
Aznar, se podría decir, siempre ha actuado con el estilo del engreído ignorante. Despreciando cuanto ignoraba, sin capacidad de medida para consigo mismo y sintiéndose el único representante de una España anclada en una Historia unilateralmente entendida, se dedicó a cocear a diestro y siniestro, dañando todo lo que alcanzara, y, tras el escudo de una presunta Segunda Transición, a iniciar una labor sistemática de desmantelamiento de los entramados básicos del estado social que, con amplios acuerdos y transacciones, se había venido construyendo desde los años setenta.
EL MARISCAL TITO Y LA AUTOGESTIÓN
José Rodríguez de la Borbolla / Diario de Sevilla
entre los años 60 y 70 del pasado siglo, los partidos socialistas del Sur de Europa nos encoñamos con la autogestión. Fue una especie de sarampión generalizado, en Francia, Italia, España y Portugal. Frente a la estatalización de los medios de producción y el control centralizado de la economía, frente al modelo de la cogestión vigente en Alemania, que nos parecía poquita cosa, y frente al liberalismo puro y duro, nosotros defendíamos la propiedad colectiva y la autogestión democrática de las empresas.
En 1976 fui enviado por mis superiores a dos seminarios sobre el tema: uno, en París, donde coincidí con Jean Pierre Chevènement, Pierre Guidoni y Pasqual Maragall; y otro, en Lisboa, donde, tras empaparme de teoría, me fui a cenar, têteà tête, con Manuel Alegre, adjunto de Mario Soares, y Gino Giugni, mi maestro italiano en Derecho del Trabajo y también socialista. Todos pensábamos que la autogestión era un gran remedio. Y todos mirábamos a Yugoslavia.
DEMOCRACIA DIRECTA
Antonio Zoido / elcorreoweb
La democracia nació porque la plantaron para todo el mundo teóricos que, previamente, habían pensado mucho en cómo conseguir que el Estado o la Ciudad fueran el reflejo de la voluntad de sus ciudadanos, algo que cuya realización se plasmaba en que una y otra estuvieran dirigidos por los mejores de entre ellos, unas élites que actuarían como representantes de sus electores. Ahora la palabra élite suena mal y lo que priva es la «democracia directa», sin intermediarios, tanto si lo que hay que decidir es el nombre de una calle o se trata de resolver cuestiones tan complicadas como la permanencia o la salida de la Unión Europea o la paz de un país que lleva medio siglo en una guerra civil larvada.
Posiblemente hemos llegado a esta situación porque quienes componen las cúspides de los partidos políticos no se parecen en nada a las élites de la Ilustración y muchos de los que ostentan el título de representantes han perdido la conexión con sus representados pero el camino que, ante esto, se está tomando puede responder paradigmáticamente al refrán de «ser peor el remedio que la enfermedad». El sistema democrático fue, seguramente, el producto más importante de la reflexión iniciada con Averroes y gestado durante siglos. Está enfermo pero no se curará metiendo la directa en los vehículos que la impulsan, los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, sino usando la marcha adecuada en cada tramo y corrigiendo la dirección cuando convenga. Dejarla al albur de la irreflexión de cada cual es poner el punto de destino en la dictadura.
Enlace al artículo:
http://elcorreoweb.es/opinion/columnas/democracia-directa-IX2213587
REGRESO A LA INOCENCIA
Antonio Zoido / elcorreoweb
Si condenan a Chaves y a Griñán, siguiendo una lógica que proviene del antiguo Egipto, en los plenos de cada institución democrática se pedirá –por parte de la derecha y de la izquierda emergente– que desaparezcan sus nombres de las placas y lápidas de cuanto inauguraron. Así irán cayendo las que la señalaban en mercados, teatros, autovías, puentes y viaductos, parques urbanos y naturales, estaciones de autobuses, trenes de larga distancia y metropolitanos, universidades, institutos y colegios, hospitales y ambulatorios, bibliotecas, museos y casas de la cultura, palacios y conjuntos monumentales restaurados, ayuntamientos renovados, yacimientos sacados a la luz, sedes de nuevas instituciones…
Poco quedará de cuanto se levantó a lo largo de un tercio de siglo para salir de la postración si se sentencia que ellos y quienes les ayudaron –con los errores de todo gobierno pero sin tocar un euro de los caudales públicos– eran indignos de gobernar.
Y esa indignidad, pasada a las obras, puede que borre las ideas de priorizar lo público sobre lo privado que presidieron su erección y, en el lugar vacío de nombres de las lápidas, esté el de las empresas que compren edificios, parajes, centros de salud y de educación, o sea donde se escriba el precio del peaje por el uso de carreteras o el precio de los estudios y la salud.
Pero, por fin, Andalucía habrá quedado limpia, dispuesta a regresar a la inocencia. Para unos será la de Adán en el Edén; para otros la que, desde el tiempo de Sinué el egipcio al de Miguel Delibes, designó a los tontos.
Enlace al artículo:
http://elcorreoweb.es/opinion/columnas/regreso-a-la-inocencia-GC2172976
EL OTRO ‘SORPASSO’
Antonio Zoido / elcorreoweb
En medio del temporal de viento de levante –siempre se ha dicho que el levante vuelve loca a la gente– PP y Ciudadanos están haciendo su agosto con una técnica digna del mejor think tank de cuantos nos explicaron la crisis: primero se ponen de acuerdo en lo que el chico debe pedir al grande y, a continuación este (el PP) hace como que cede. De la misma manera que los independentistas catalanes se sacaron de la manga una mayoría que los votos no les habían dado, la derecha española avanza en la construcción derechista de una España en la que las izquierdas son mayoritarias. La última exigencia de C’s ha sido la de proponer que el alcalde sea el candidato de la lista más votada, algo que estos no han logrado en ningún pueblo.
Mientras tanto PSOE, Podemos y la extinta IU, con menos cintura que un armario y la vista de un gato de yeso, han dejado que los conviertan en chimpancés monosilábicos, capaces sólo de emitir un SI o un NO para permitir la formación de un gobierno (con el programa de derecha que está siendo acordado) e incapaces de avanzar ni una sola propuesta progresista que pueda ser sacada adelante en el órgano legislativo, el Congreso. Quienes han votado izquierdas (en plural), incluido Juan Espadas, deben estar perplejos: el Partido Popular y Ciudadanos, los dos juntos en unión, defendiendo la bandera de la santa tradición, como decía el Oriamendi, himno del carlismo, están llevando a cabo el verdadero sorpasso preconizado por Podemos e IU. Ahora sí que a la España social –la de los socialistas– no va a conocerla ni su madre.
Enlace al artículo:
http://elcorreoweb.es/opinion/columnas/el-otro-sorpasso-LY2111904
A PASO DE CANGREJO
Antonio Zoido / elcorreoweb
Por una vez los cangrejos han andado para adelante y la cuestión insoluble de que la variedad –el cangrejo rojo– que puebla las marismas (desde poco antes del fin de una dictadura donde las decisiones se tomaban a conveniencia) parece que no lo era. Una sentencia inapelable del Tribunal Supremo prohibía su pesca y comercialización dejando a las islas del Guadalquivir sumidas en un marasmo de contradicciones, a varios empresarios sin empresas y a centenares de familias sin trabajo. La cuestión la ha solucionado una ley, redactada y aprobada por los representantes de los ciudadanos en el período de gobiernos progresistas de José Luis Rodríguez Zapatero, la Ley de Protección del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad.
Después del ruido mediático de aquella sentencia, esta noticia ha pasado casi en silencio. Pocos sabían que se había formado una comisión encargada de encontrar soluciones y casi nadie se acordará dentro de poco del problema. Seguiremos, por el contrario, asentados en el anticiclón del deterioro de la política y succionados por la opinión de que los políticos y los órganos de gobierno de una sociedad no sirven para nada. Se ha impuesto esa atmósfera de la misma manera que ya lo hiciera en otros tiempos: cuando a una humanidad alegre y confiada se le vino encima el mundo tras derribarse el castillo de naipes de Wall Street en 1929. Entonces fue cuando aparecieron por todas partes los caudillos que hicieron leyes a conveniencia de los poderosos. Fue entonces cuando España comenzó a andar para atrás. Como los cangrejos.
Enlace al artículo:
http://elcorreoweb.es/opinion/columnas/a-paso-de-cangrejo-XC2062330